Este es el título del artículo que publico hoy en El Periódico (verlo aquí); lo escribí ayer, con prisas, para comentar el anuncio de nuevas medidas de contención del déficit público anunciadas por el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Resumo mi tesis en tres puntos:
- Las medidas son un parche, que no resolverá nada definitivo. Son eso, rebañar el plato, para recoger lo que se pueda.
- Y la razón de que sean un parche es que no hay lugar donde encontrar soluciones más duraderas, por la sencilla razón de que hay un vacío de ideas entre el gobierno que se ha ido y el gobierno que aún no ha entrado. Mientras no sepamos las nuevas reglas del juego (qué reformas se llevarán a cabo, cuál será la estructura impositiva futura, etc.), no se pueden adoptar soluciones más duraderas.
- La otra cosa que en el artículo propongo es que estamos en una emergencia: no tanto porque hay que cuadrar el déficit del presupuesto catalán para 2012 al 1,3% del PIB, tal como exigen el gobierno español y la Unión Europea, sino porque estamos ante un cambio en la estrategia del país. La cuestión no es cuánto subirá el canon del agua, el impuesto sobre el patrimonio o las tasas universitarias, sino quién debe pagar los servicios públicos, qué estado del bienestar queremos y estamos dispuestos a sostener o cómo será la sociedad que dejaremos a nuestros hijos. Es, pues, una cuestión sobre el marco legal e institucional, no sobre el ajuste cuantitativo de unos impuestos, unas tasas o unos gastos.