Esdta mañana reflexionaba sobre la situación de Grecia, y me preguntaba: ¿qué puede hacer un país que ha venido dependiendo del sector público de una manera desmesurada, si se le dice que se acabó vivir de la subvención y de no pagar impuestos?
Solución 1: que se nieguen a aceptarlo, confiando en que «alguien» les echará una mano. ¡Buena suerte! La van a necesitar.
Solución 2: emigrar. Sigue sin arreglar el problema: se marcharán los más dinámicos, los que más capacidad tienen para generar rentas; los que se queden no trendrán salida.
Solución 3: buscar alternativas. Pero, claro, las alternativas no están ahí, esperando: hay que crearlas. Y yo me preguntaba: ¿puede un país que no se caracteriza por su capacidad innovadora encontrar esas alternativas? ¿Puede, por ejemplo, crear empresas nuevas que busquen oportunidades de mercado y creen puestos de trabajo para los parados? La respuesta es no, al menos con la cultura vigente, a no ser que cambien las reglas del juego, favorezcan a los emprendedores, faciliten un mercado de trabajo flexible y dinámico,…
Pero eso, claro, requiere tiempo. Y pensaba que en España vamos a tener el mismo problema, aunque partamos de una situación algo mejor. Por eso conviene explicar claramente cómo vemos las cosas. Primero, un reconocimiento de nuestros errores, de todos. Mea culpa. Luego, un programa realista, agresivo y comprometido para salir. Tercero, un calendario, explicando por qué necesitamos tiempo, y poniendo fechas posibles. Y cuarto, explicar todo esto: a los españoles, y a los europeos y a los mercados. Hay que convencerles. Contamos para ello con que la gente no es tonta, y entiende las cosas.