Repensar el estado del bienestar

Los comentarios recientes sobre el futuro del estado del bienestar se mueven entre dos extremos: es insostenible, y es intocable. Como es muy frecuente, faltan ideas frescas, capaces de buscar alternativas, empezando por la misma puesta en duda de ambas afirmaciones, la de la insostenibilidad y la de la intocabilidad.

Leyendo hace unos días un artículo del profesor Gregorio Guitián sobre la Encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI, encontré algunas ideas para romper el impasse entre ambas posturas extremas:

  • Pasar del énfasis en la ayuda a quien necesita una pensión una cobertura del desempleo a la participación de los interesados. Su pensión no es algo que le darán el día de mañana por sus contribuciones actuales, sino es algo en lo que usted debe involucrarse.
  • Que cada uno asuma sus responsabilidades. Su pensión no es algo que deba darle el gobierno, sino algo que usted debe procurar, contando para ello con la ayuda del gobierno y de la sociedad.
  • Implicar a los interesados en todas las fases, desde el diagnóstico de los problemas hasta el diseño de las soluciones y su puesta en práctica.
  • Mientras no tengamos todos los recursos que deseamos (o sea, siempre), poner énfasis en las necesidades vitales.
  • Ampliar el ámbito de la búsqueda de soluciones y su puesta en práctica a toda la sociedad. O sea, estamos ante un problema de la sociedad que, quizás, haya que poner en las manos del gobierno, porque es el que tiene más medios (0, al menos, los tenía hasta hace poco), pero que es de todos, y todos hemos de sentirnos implicados.

3 thoughts on “Repensar el estado del bienestar

  1. Creo que no está bien decir: ‘su pensión no es algo que le darán el día de mañana por sus contribuciones actuales, sino es algo en lo que usted debe involucrarse’.

    De hecho, ya estoy involucrado y la medida de ese compromiso son mis contribuciones actuales. Si son o no son suficientes es el problema y la discusión.

    Por una parte, deberían serlo, si el sistema fuera justo y creíble. Por otra, no es posible admitir en el sistema a nuevos colectivos no contribuyentes sin una fuente de financiación clara. Eso se complica en momentos de restricción de ingresos como los actuales.

    Pero creo que es obvia la injusticia de un sistema que no garantiza la cuantía de la pensión a recibir a quien contribuye con lo que se le exige en cada momento. No vale decir -como hace unos meses- ¡no hay dinero en la caja, me lo he gastado, te daré menos o tendrás que trabajar más! Eso es un robo, sin paliativos.

Comments are closed.