Había un viejo chiste de un visitante en un hospital psiquiátrico, que asiste a una reunión de internos. Uno dice: 23, y todos ríen. Otro: 69, y también ríen,… El visitante pregunta qué pasa y la explican que, como llevan tantos años contándose chistes, ya los saben todos, les han puesto números y, diciendo el número, se ahorran contar toda la historieta. El visitante decide participar: el 12, dice. Nadie se ríe. ¿Qué pasa?, pregunta, ¿no hay un chiste con el número 12? Sí, le contestan, pero hay que contarlo con gracia,…
Todos los días leo artículos y entrevistas en que el mensaje principal es: si seguimos aplicando políticas fiscales restrictivas, agravaremos la recesión y el déficit público será más alto. Vale, ya lo sé; es el chiste número 12. Pero hay que contarlo con gracia.
La gracia radica en añadir algo al chiste. Sí, ya sabemos que las políticas fiscales restrictivas no ayudarán a salir de la crisis, pero, ¿alguien tiene alguna idea adicional, alguna propuesta que pueda ser útil para nuestros ministros? ¿No? Entonces, mejor no cuente el chiste.