Leído en la Encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI: «Compartir los deberes recíprocos moviliza mucho más que la mera reivindicación de derechos» (n. 43). Bueno, si esto es verdad, a lo mejor tenemos que replantearnos muchas cosas.
- Por ejemplo: la existencia de una misión exigente en la empresa puede unir más a los empleados, proveedores y propietarios que una remuneración generosa.
- Por ejemplo: los hijos pueden verse más motivados por la conciencia de que «deben» hacer algo, que por la promesa de un premio por hacerlo.
- Por ejemplo: pagar más a los empleados para que hagan algo extraordinario puede salir mal (y, con frecuencia, sale mal). Puede ser más atractivo implicarles en algo que ellos consideren como un deber. ¿Qué haría un empleado excelente en esta situación?
El lector puede añadir dos o trescientos ejemplos más.
Bueno, Herzberg ya distinguió entre factores motivantes y factores higiénicos. ÉStos últimos los definía como aquello que en defecto desmotivan pero en exceso no motivan (por ejemplo el sueldo), y los motivantes iban un poco en la línia de Maslow, aquello que nos enriquece interiormente. Gran parte de nuestra sociedad se ha acostumbrado al mensaje «que paguen los ricos». Claro que sí, peeeero, todos debemos ser conscientes de nuestro importante papel en la sociedad.