El lector ya debe conocer el chiste del que pregunta a uno que pasa: «Usted debe ser bombero, ¿no?». «¿Cómo lo sabe?», le contesta el otro, asombrado. «Bueno, por el porte decidido, el gesto audaz,… y por el casco, al traje ignífugo, la manguera, las botas,…».
Moody’s, la agencia de rating ha rebajado, una vez más, el rating del Reino de España. No añade información nueva, claro: ya lo sabíamos: el casco, las botas, la manguera,… Hacen su trabajo. Son como los contables del riesgo financiero: reflejan el pasado, de acuerdo con unos criterios objetivos y más o menos ampliamente aceptados.
El trabajo del contable es importante para el director general de la empresa, sobre todo si aquel descubre información importante que el gran jefe desconocía. Pero la tarea de dirigir es otra. Las agencias de rating miran al pasado, testimonian sobre el pasado. Los gobiernos, las empresas y los ciudadanos debemos mirar al futuro. Y si, como en este caso, las agencias de rating no añaden información nueva, nos olvidamos enseguida de lo que dicen. Ahora tenemos otros asuntos más importantes entre manos.
Eso sí: hay otros a los que el pasado les importa, y mucho. Ya lo he dicho otras veces: el gerente de un fondo necesita el rating de la deuda de un país para justificar sus decisiones: «reduje mi exposición a la deuda española porque Moody’s había rebajado el rating». Y le aplaudirán por ello. Pero, ¿se imaginan a un emprendedor, o a un fondo de capital riesgo, o a un business angel, diciendo que no se atreve a invertir en un negocio nuevo porque la contabilidad del año pasado no dio resultados tan buenos como se esperaba?
Sin duda, no lo imagino. Pero tampoco imagino a ese emprendedor o al business angel, invirtiendo en nada que sepa que su beneficio no está asegurado en el 99% de los casos (añadir el apellido español o catalan) Aquí no se moja nadie, solo objetivo BENEFICIO. Perdidas para otros (sobre todo a cargo de los públicos), ya privatizaremos cuando vayan bien!