Llevo un par de dias en Dayton, Ohio, en una conferencia internacional organizada por la Universidad de Dayton. Un tema que ha aparecido con frecuencia en estos días ha sido la culpa de las escuelas de dirección en la crisis reciente –como no podía ser de otra manera, tratándose de una reunión de escuelas…
Una idea que ha salido aquí me parece interesante, no solo porque hace quedar bien (o menos mal) a las escuelas, sino porque vale para otras muchas responsabilidades, con motivo de la crisis actual o con cualquier otro motivo. Solemos identificar a la persona que tomó la decisión equivocada, y le atribuimos la culpa de lo que ha pasado. Y hacemos bien, porque tiene culpa. Pero hay que tener en cuenta el contexto: las decisiones se toman en contexto de relaciones sociales, presiones externas, etc.
Estoy de acuerdo que el contexto hay que analizarlo a la hora de valorar una decisión: objeto de la decisión, finalidad y circunstancias. El Yo no existe sin curcunstancias (Ortega). Pero precisamente la falta de responsabilidad individual y tanto excudarse en el contexto es una de las causas principales del tsunami en el que estamos. Antonio felicidades por el blog!