Algunas ideas sobre la deuda pública (III)

Continúo con la saga de la deuda pública (y perdón por la insistencia). Hace unos días puse a mis alumnos del Executive MBA del IESE este ejercicio. Tengo 100 euros, que puedo depositar en el banco, que me ofrece un interés del 10% anual. Quiero comprar un traje, que cuesta 100 euros. El sastre me ofrece tres alternativas: pagar al contado, pagar dentro de un año con un interés del 10% anual, o convertir mi deuda en una deuda perpetua, pagando cada año 10 euros durante infinitos años. ¿Cuál de las tres opciones es mejor para mí?

Respuesta: las tres son iguales. Si pago al contado, hoy dejo de tener los 100 euros que tenía, y dentro de un año, no tendré nada en mi banco. Solo tendré un traje (que no está mal).

Si pago dentro de un año, mis 100 euros en el banco se habrán convertido en 110, y entonces tendré que pagar 110 (nominal más intereses). Volveré a tener cero en mi banco, como en el caso anterior.

Y si convierto mi deuda en perpetua, dentro de un año tendré 110 en mi banco, pero tendré que pagar 10, de modo que me quedarán 100, que al cabo de otro año se habrán convertido en 110, de los que tendré que volver a pagar 10 y me quedarán 100, que dentro de otro año se habrán convertido en 100,… y así hasta el fin del mundo. No estaré mejor que en las dos primeras opciones: tendré más activos en el banco, pero también tendré una deuda por el mismo importe.

¿Para qué sirve este ejercicio tan elemental? Para comprobar algo que dije en mis entradas anteriores: bajo ciertas condiciones, la deuda es irrelevante. Pero bajo otras condiciones no lo es.

Primer caso. En el ejemplo anterior, si el tipo de interés que me ofrece el banco es, digamos, el 5%, o sea, es menor que el 10% de la deuda, dentro de un año mi cuenta corriente se habrá convertido en 105 pero tendré que pagar 110 al sastre: he salido perdiendo. O sea, si el rendimiento de la inversión es menor que el coste de los fondos, endeudarse es una mala idea. (En el caso de la deuda pública, lo relevante no es el rendimiento privado, el 5%, sino el social; si el conjunto de la sociedad gana el 10% o más, la capacidad de devolver los intereses será mayor y el endeudamiento será una buena idea).

Por eso dije en una entrada anterior que la causa del déficit es importante. En principio, el gasto público corriente debería financiarse con impuestos y no con deuda, porque el pago de pensiones, el sueldo de los funci0narios o el seguro de desempleo no generan la capacidad de nuevos ingresos futuros (aunque, claro está, satisfacen necesidades de los ciudadanos, que merecen ser tenidas en cuenta); la inversión pública, por su parte, podría financiarse con deuda, siempre que cumpla las condiciones anteriores, especialmente la de ofrecer una rentabilidad social más alta que el tipo de interés de la deuda (cosa que, me temo, no ofrecen muchas inversiones que en su día se calificaron como rentables, como las AVE a no se sabe dónde o los aeropuertos para no se sabe qué líneas aéreas). Y si, como es lógico, la inversión pública tiene rendimientos decrecientes (los nuevos proyectos serán, probablemente, menos rentables que los anteriores, más necesarios), el argumento en favor de financiar la inversión con deuda es cada vez menos sólido.

Segundo caso. Si el volumen de mi deuda es demasiado alto, el que me presta el dinero querrá cubrirse de mi posible quiebra, cobrándome un interés más elevado, digamos que el 12% (o sea, la prima de riesgo será del 2%). Y entonces la deuda vuelve a ser una mala opción, porque dentro de un año tendré 110 en el banco pero deberé pagar 112 al sastre. Este es, pues, un argumento contra un volumen de deuda demasiado alto.

 

3 thoughts on “Algunas ideas sobre la deuda pública (III)

  1. El error de base respecto a la deuda ha sido siempre tomar como indicador de referencia el % sobre el PIB cuando lo relevante de verdad para saber si te puedes endeudar es la capacidad actual y futura de devolverla y eso depende de la productividad de la economia y no del PIB. Un país muy productivo puede permitirse el lujo de tener un endeudamiento mucho mayor respecto a su PIB que un país poco productivo y España es un país con una productividad muy baja. Solo hay dos formas de abordar el problema, o reducir la deuda o mejorar la productividad y, en estos momentos, ambas cosas o cualquier combinación de ellas requerirá sacrificios enormes a la sociedad. Nos guste más o menos…

    1. Luis,
      En linea con tu comentario, la deuda pública debiera compararse con los ingresos de Estado y no con el PIB. Si así se hiciera nos daríamos cuenta de que si por ejemplo el Estado español ingresa 330 millardos de media anual e incurre en un defict del 10 % del PIB (100 millardos) la deuda sería del 30%de sus ingresos. Me pregunto porqué nadie publica esto y a ver que familia podria hacer esto de manera sostenible.

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