La avaricia rompió el saco

Este es el título del artículo de Carme Méndez que publica Expansión. Directivos fin de semana hoy (aquí). Presenta la novela Calle Erottaja del islandés Karo Hämäläinen, sobre la reciente crisis financiera en aquel país (debo aclarar que no he leído la novela). Mencionaré aquí solo tres cosas, que vienen bien para mis argumentos económicos y éticos.

  • «Somos avariciosos y miedosos, dice el autor. En una situación de crisis como la de 2008, las personas se encontraron desprovistas de todo, como si estuvieran desnudas. Entonces surgió la parte irracional del ser humano, el comportamiento casi animal, eso sí, con elegante traje oscuro». O sea: si no tenemos una base moral firme, acabaremos cometiendo desmanes importantes. La ética es cosa de carácter, de manera de ser (adqurida con esfuerzo, claro), no de observancia de un código ético.
  • «Muchas de las mentes más brillantes de las finanzas se han empleado a fondo en generar mucho dinero para sí mismas y sus entidades. Y están muy orgullosas de eso». Es la quiebra de la ética de «el fin justifica los medios». O la de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
  • «Las medidas de ajustes nunca son suficientes para satisfacer la voracidad de los mercados. Este escritor recuerda que se puede ganar dinero vendiendo lo que no se tiene. ‘La crisis es tan profunda y extensa porque con los derivados se puede hacer prácticamente todo y ganar siempre dinero. Por eso, la presión sobre países como España es mucho mayor de lo que sería racional, porque en realidad se especula con cosas que no se tienen». Claro.