Aclarémonos sobre la Responsabilidad social

En el Comentario de la Cátedra «la Caixa» de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo del mes de julio vuelvo sobre el tema de Barclays y el affaire de la falsificación del Libor (aquí), pero desvío mi atención hacia la Responsabilidad Social. Lo hago a propósito de que, unos días antes, se había presentado el 18º Informe Anual de Responsabilidad Corporativa del banco: una monada. Lástima que no tuviese demasiado que ver con la realidad. Bueno, sí que tenía que ver: probablemente, todo o casi todo lo que Barclays decía que había hecho en el ámbito de la Responsabilidad Social en 2011 era verdad. Pero no es toda la verdad. O mejor, no refleja suficientemente toda la verdad sobre la responsabilidad social del banco.

En mi Comentario hago notar que, probablemente, si le hubiesen preguntado a los directivos de Barclays sobre qué era para ellos la Responsabilidad Social, hubiesen contestado que, precisamente, era lo que figuraba en su Informe Anual. O sea, que no es que ellos fuesen irresponsables, sino que, para ellos, ser responsable era «otra cosa», distinta de falsear la información oficial que daban a una entidad pública en la que se suponía que ellos debían actuar de manera honesta, leal y transparente.

De esta consideración saco dos conclusiones. Una: que si tu manera de entender la Responsabilidad Social no coincide con la de tus stakeholders, acabarás teniendo un problema (como lo ha tenido Barclays). Otra: que si tu organización no tiene una idea muy clara de cuáles son sus responsabilidades, acabará teniendo problemas.

Algunas empresas, digo en el Comentario, no tienen una idea clara de cuál es su Responsabilidad Social. Y, claro, van dando tumbos, con declaraciones políticamente correctas. Otras no tienen una idea compartida, y el Presidente dice una cosa (que suele ser bonita, pero alejada de la realidad), y el Consejero Delegado tiene otra (que suele aproximarse más a «lo que nos permita maximizar el beneficio»), y así los demás.

Y acabo con una recomendación (y ya sé que nadie me hará caso, pero yo la hago): atrévase a hacer «su» Informe Anual o su Memoria de Responsabilidad social, no el que le proponen sus consultores, su Director de Comunicación o los medios.