Ayer impartí una conferencia a unos antiguos alumnos del IESE, del Programa de Alta Dirección de Empresas (PADE) que acabaron en 2001. Me despaché a gusto criticando un aspecto de la política económica del gobierno, que ya he comentado otras veces aquí, pero que me parece importante: la falta de comunicación. Para resolver los problemas es necesario,
- Primero, tener un diagnóstico de la situación. Y supongo que el gobierno lo tiene, aunque no lo menciona demasiado. Fallo de comunicación, diría yo.
- Luego, un plan de acción. Y de nuevo me parece que el gobierno lo tiene, pero tampoco lo menciona. En todo caso, lo que nos cuentan es el listado de medidas tomadas en cada reunión del Consejo de Ministros, pero sin hacer una referencia explícita al diagnóstico (cuál es el objetivo de cada medida) y a las demás medidas (cómo se relaciona con ellas: a veces, en la misma dirección, como cuando se reduce el gasto público y se suben los impuestos, medidas ambas dirigidas a reducir el déficit público; en ocasiones, en sentido contrario, como la subida de impuestos, que dificulta la recuperación económica, lo que se puede explicar por la existencia de dos problemas simultáneos, déficit y desempleo, en cuyo caso hay que explicar por qué uno de ellos es ahora más urgente, o más importante, que el otro). Otra vez, falta de comunicación.
- Tercero, un calendario. Está claro, por ejemplo, que la reforma laboral no va a crear empleo inmediatamente, pero hay que poner una fecha, aunque sea poco probable: «y esperamos que esto dé resultado no antes de un año y medio». Como cuando el médico nos dice que seguiremos teniendo dolorcillos durante unas semanas: no es un fracaso del tratamiento, es, simplemente, que el cuerpo humano necesita tiempo. Lo mismo que las sociedades. Y esto no se ha comunicado mucho.
- Cuarto, las medidas han de ir cambiando en el tiempo, porque las novedades son continuas. Por tanto, hay que volver continuamente al diagnóstico, al plan de acción y al calendario: «ya les dijimos que, para resolver el problema del déficit [y aquí hay que abundar en por qué el déficit es un problema: no se debe dar por supuesto que los ciudadanos, o los mercados, ya lo saben], había que subir los impuestos, y les dijimos que no haría falta subir el IVA, pero resulta que el déficit sigue creciendo por encima de lo que esperábamos, de modo que, finalmente, tendremos que subir el IVA. Y esto no es faltar a la palabra que dimos, porque aquello lo dijimos con la información que teníamos hace seis meses, y ahora las circunstancias han cambiado». Esto también es comunicación. Y esto ha fallado, con demasiada frecuencia.
- Y quinto, insistencia (usando canales variados, claro, para no aburrir). Un día son unas declaraciones del Ministro, otro es una nota de prensa, otro un artículo del Director General en no sé qué periódico, otro es un breve en la televisión, otro… Pero esto que se lo diga el Director de Comunicación, que para eso cobra (y que, por lo que veo, todavía no se ha ganado su sueldo… o el gobierno no le ha dejado que se lo gane).
La lógica que muestras es tu análisis está muy lejos de la que hasta el momento están aplicando los gobiernos, preocupados más por conservar su modelo de mantenimiento en el poder. Parece que las normas están siendo dictadas por cabezas «pensantes» en otros países y con intereses claros en incrementar su riqueza y asegurar el cobro de las deudas que tan expléndidamente han ido contrayendo nuestros gobernantes durante las últimas décadas.
Completamente de acuerdo con la crítica, que, aun siendo correcta en las formas, es dura en el fondo.
El martes tuve el placer de escuchar reflexivamente a Antonio, estando de acuerdo absolutamente en casi todo en el aspecto económico, pero me alineo con la postura de Pablo Ynupse, realmente el problema que tenemos en este Pais ( supongo que en otros podra ser lo mismo ) es la profesionalización de la Politica, la mayoria de los politicos actuales ( no digo todos ) asi como los partidos politicos, realmente no són estadistas que buscán el bien general, son profesionales que luchan por el mantenimiento de un estatus y un salario que dificilmente se lo ganarián en el empresa privada.
Mientras los intereses de los servidores públicos (Public servant ), seán en primer lugar los particulares, en segundo lugar los del partido, y en tercer lugar, si por casualidad se alinean con los otros dos, los públicos, no se podrá avanzar hacia la transparencia, responsabilidad, eficiencia y honradez en la gestión del Pais.
Saludos
Pienso que el listón del Gobierno anterior en comunicación (no entro en otros aspectos) estaba muy bajo, por lo que haciendo poquito ya hubiera sido mucho. Sin embargo, el nivel de comunicación sigue estando por los suelos. Estoy de acuerdo en que podemos suponer que este gobierno deber tener un diagnóstico, debe tener un plan de acción, pienso que no sabe que calendario va a haber y no controla los tiempos porque los acontecimientos le superan. No deben ser tontos, al menos, tienen CV, cosa que muchos de los anteriores Ministros no tenían, sin embargo, pecan de lo mismo: querer mantenerse en el poder. La solución nos la está dando Italia donde un gobierno de tecnócratas ha hecho su trabajo bien, con ganas de servir y rápido, seguramente para poder volver a dedicarse a lo suyo que es lo que les gusta. Esto, por desgracia, es impensable -a los hechos me remito- con gobiernos formados por políticos. Esperemos que una de las condiciones del rescate sea que el Gobierno ceda el testigo a tecnócratas, que no estarán mirando el calendario electoral constantemente. No será que Rajoy se lo ve venir y por ello está demorando la petición del rescate?
Saludos,