No es una boutade. Es una frase de Martin Bower, que fue socio director de McKinsey & Co.: «La ética en la empresa no existe. Solo existe una cosa: debes seguir los estándares más exigentes».
Estoy de acuerdo. La ética no se puede reducir a un conjunto de restricciones, de prohibiciones. Es, sobre todo, apertura de posibilidades, invitación a lo mejor, llamamiento a la excelencia. Y me parece que esta es la única manera de convencer a un directivo de que debe ser ético: si no lo eres, nunca serás un directivo excelente.