No, no lea esta entrada, sino lo que dice Thomas L. Friedman en el New York Times (en inglés) sobre «Cómo conseguir un empleo«. No es un manual de buenas prácticas para los que buscan un trabajo, sino una llamada de atención acerca de lo que quieren las empresas cuando buscan trabajadores. Porque, como dice él, mencionando a un experto, «al mundo no le interesa lo que tú sabes; solo le interesa lo que tú puedes hacer con lo que sabes». Y añade: «y como el mundo está cambiando tan rápidamente, con tantas herramientas nuevas, un título universitario no se considera ya una adecuada credencial de tus capacidades para desempeñar un determinado puesto de trabajo –y, por tanto, para darte el empleo que buscas».
Las empresas, dice, cada vez desarrollan más sus propias maneras de comprobar lo que saben hacer los candidatos, y no les preocupa mucho cómo han adquirido sus capacidades. «Sólo quieren saber una cosas acerca de ti: ¿Puedes añadir valor a lo que ellas hacen?». Y como los candidatos no saben autoseleccionarse, los contratadores consideran que la mayor parte de los curricula que reciben son «spam», basura.
De todos modos, y citando a otra experta, Friedman hace notar que las expectativas de muchas empresas no son realistas: buscan el candidato perfecto para su puesto de trabajo, y esperan que esté sobradamente cualificado, para que ellas no tengan que dedicar recursos a formarlo.
Bueno, con un artículo de un par de páginas no podemos sacar muchas conclusiones. Pero a mí se me ocurre una, al menos. Como ya dije en un reciente Comentario en este blog, muchas empresas buscan trabajadores súpercualificados, capaces de ponerse a rendir inmediatamente, para empleos que exigen altas cualificaciones, bien remunerados y con un horizonte temporal breve.
Para ellos vale lo de que las empresas no están dispuestas a invertir en su formación, porque tratan de sacarles todo el jugo posible. El candidato debe saber, pues, qué quiere la empresa, qué pretende al contratarle y cuáles son las condiciones. No espere encontrar en esos puestos de trabajo una cultura sólida, porque la cultura significa continuidad, y ese puesto de trabajo tiene otros objetivos. Moraleja: trate de conocer bien la empresa en la que aspira a entrar.
El problema de la cualificación es lo rápido que «caducan» los conocimientos académicos. Es importante que la persona, por su propio bien, sepa adaptarse a los continuos cambios que le esperan en el mundo laboral. Va a ser cada día más difícil mantenerse en unos niveles de estabilidad aceptables, tanto en lo profesional como en la propia vida.
Las empresas ahora se dan el «lujo» de poder escoger a lo mejor de lo mejor, las personas se encuentran cada día mas presionadas para encontrar un trabajo bueno, con la crisis que existe en estos tiempos la tasa de desempleo ha ido en aumento y las empresas son más selectivas con tal de no gastar recursos formando a un trabajador.
El ver que una persona que estudio 3 años gana el doble que uno que estudió en una universidad no es casualidad en estos tiempos. Es cierto que un titulo universitario ya no es requisito para garantizarte que obtendrás un empleo y ahora más, con los más de 19 millones de personas desempleadas en la UE.
Si alguien sabe hacer algo porque viene de otra institución o empresa, es absurdo tomarlo, pues ya se está en desventaja. Y si se piensa que es posible «acomodarse» se acepta formar parte del ciclo de desarrollo de algún producto más amplio y con ello, a fracasar muy pronto.
Más consistente es evaluar bien el «ciclo natural» de la inversión en capacidades que se piensa realizar y ése casi siempre es mayor a 3 años.