Ayer celebró el IESE su Asamblea de Antiguos Alumnos en Barcelona. Me tocó moderar una interesante mesa redonda, con tres expertos de campanillas: José Viñals, Director del Departamento Monetario y de Capitales del Fondo Monetario Internacional, José Manuel González Páramo, profesor del IESE y Consejero Ejecutivo del BBVA, y Alfredo Pastor, también colega en el Departamento de Economía del IESE. Lo que sigue no pretende ser un resumen de la mesa redonda que tuvimos, sino solo unos cuantos comentarios míos, en los que ellos pueden estar o no de acuerdo, como es lógico.
- Hemos superado ya la recesión. En esto hubo unanimidad. Nada nuevo: lo dice ya mucha gente.
- El peligro es la complacencia: como ya estamos fuera, pues… no hay que hacer nada más. Peligro en el que caen (¿caerán? ¿han caído ya?) los políticos. Pues no: queda mucho por hacer.
- ¿Qué? Primero, continuar y acelerar las reformas. No son la guinda del pastel: sin ellas, no hay pastel. La recuperación de la demanda va a ser muy pobre, y no tenemos donde agarrarnos. Las exportaciones, bien, pero no dan para mucho; la inversión en equipo ya está recuperándose, pero va a seguir débil; el consumo le seguirá (le está siguiendo), pero tampoco da para mucho.
- No nos ayudará el gobierno: no puede, no tiene dinero. Tampoco nos ayudarán desde fuera: el Banco Central Europeo acaba de bajar los tipos de interés un 0,25%, que nos dará para comprar un helado a los niños y poco más. Y la Unión Europea no está por darnos dinero, ni siquiere por prestárnoslo.
- O sea que hemos de salir nosotros solos. Mejor dicho: estamos saliendo nosotros solos. La economía no es una pelota que, por las leyes de la física, cuando cae al suelo rebota y vuelve a subir. En la recuperación de la economía está la actuación decidida, positiva, deseada de muchas empresas, familias, trabajadores e instituciones (también de los gobiernos, en la medida en que hacen lo que deben hacer: moderar su déficit público, no poner palos en las ruedas de los que protagonizan la recuperación, y continuar con las reformas).
- Lo dicho: queda mucho por hacer. La recuperación económica será muy pobre y, lo peor, no será sostenible a medio plazo si no acabamos de hacer los deberes: reformas, continuar con la austeridad (que sí, que hace falta: todavía no hay financiación para gastar más, sea en el sector público, sea en el privado)… Y, sobre todo, apretar los dientes y echar una mano. ¿Voluntarismo? Puede que sí, pero quizás recuerde el lector el chiste (ya lo he contado otras veces) de aquellos que querían carga una caja en un camión y no podían; pasa uno, les ve pelearse con el peso, se acerca, toma la caja y la sube, provocando el comentario de los otros: hombre, haciendo fuerza, así cualquiera.