Sí, ya sé que hemos escrito mucho, demasiado quizás, sobre la reciente crisis financiera, española y mundial, con todas sus variantes. Pero todavía no hemos agotado el tema, ni nos hemos puesto de acuerdo (ni nos pondremos de acuerdo, claro), ni, sobre todo, hemos salido de la crisis. De modo que… bienvenidos sean los nuevos análisis.
Para España, me encantó un artículo de Aristóbulo de Juan, en Expansión del 7 de noviembre, titulado «Anatomía de una crisis». Se trata, claro, de la crisis financiera española, de la que de Juan es un experto (fue Director General del Banco de España, antes de que se le puedan echar en cara las posibles omisiones por parte de nuestra autoridad monetaria). Es una explicación muy buen, completa dentro de lo que permite un artículo de opinión, sobre lo que pasó, lo que se hizo bien y lo que se hizo mal, y lo que queda por hacer.
Para mostrar que tiene ideas interesantes, recojo aquí solo dos puntos que de Juan menciona, a propósito de la prueba de fuego de las reformas financieras, que es la todavía no manifiesta recuperación del crédito.
- «Buena parte del capital de las entidades no tiene contenido económico-financiero. ‘No tiene glóbulos rojos’, sino convenciones jurídico-contables. Además, no es seguro que las provisiones efectuadas hasta ahora sean suficientes». Más claro, el agua.
- «Las cuentas de resultados del negocio español [bancario] solo se salvan con beneficios no recurrentes. Además, mantenemos un fuerte endeudamiento con los inexorables mercados mayoristas».
El otro texto al que quería referirme es un voluminoso libro de más de 400 páginas, en inglés, titulado Predictable and Avoidable. Repairing Economic Dislocation and Preventing the Recurrence of Crisis (Gower Publishing, 2013: la referencia en Google, aquí). Su autor es Ivo Pezzuto, profesor en varias universidades suizas e italianas. Es una formidable presentación, en la que el lector encontrará la historia y los argumentos de todas las facetas de la crisis internacional. La tesis la dice el título: la crisis se hubiese podido predecir y evitar; sus consecuencias las estamos sufriendo aún, pero se pueden hacer muchas más cosas para evitar que se vuelva a repetir (el hecho de que el autor incluya mis opiniones sobre la crisis no significa un demérito para él, claro).
Dentro de la analogía anatómica, me parece que falta incluir los glóbulos blancos, que es el caso. Así, es imposible crecer incluso no recurrentemente porque hay una infección mayor. Creo que se sigue interpretando el ciclo al estilo newtoniano de subida, desaceleración, bajada y aceleración; que ya se sabe, hasta en la física, que eso no existe. Lamento parecer pesimista, porque no lo soy. Gracias por sus datos, profesor.