Ese es un viejo refrán español. Me lo recordaba la lectura de una entrada en el blog de la Harvard Business Review, «The fine art of tough love» (aquí, en inglés). Cuenta la historia de un profesor de música que practicaba el arte del amor duro, exigente. No hacemos un favor a nadie cuando vamos repartiendo flores y sonrisas, si lo que necesitan los demás es algo de exigencia. La autora, Joanne Lipman, cita varios consejos derivados de la conducta de ese profesor:
- Suprima los elogios falsos. «Cuando él decía ‘no está mal’ -su mejor cumplido-, íbamos bailando por la calle, corriendo a casa a practicar el doble que antes».
- Establezca expectativas elevadas. No acepte un resultado que esté por debajo de lo que puede alcanzar la otra persona. Los estudiantes de aquel profesor «sabían que era duro no porque pensaba que nosotros no podíamos aprender, sino porque estaba absolutamente seguro de que podíamos hacerlo».
- Articule objetivos claros, y etapas para conseguirlos. La meta, un poquito más adelante de donde hemos llegado, pero a una distancia asequible. Esto exige, claro, un conocimiento del estudiante y de sus posibilidades que no cualquier profesor, o coach, o directivo, está en condiciones de lograr.
- Un fallo no es una derrota. Ese profesor nunca penalizaba a los alumnos por un fallo. Dejaba claro que los fallos son parte del proceso: no un fin de etapa, sino una oportunidad para aprender y mejorar. Y hacía que sus alumnos buscasen la manera de hacerlo. «Nos enseñaba cómo fallar, y cómo sacarnos adelante nosotros mismos».
- Diga «gracias».
La cultura normativa y legalista ( principio de la ley) muy diferente a la cultura de objetivo y de resulatados, y heredera de la cultura de potestad (principio de Autoridad_ porque lo digo yo) debe dar paso a la cultura ética de la responsabilidad y el compromiso. Lo mandatorio debe dar lugar a lo exhortativo.
Lo norma sóla no consigue los resultados esperados porque la conducta humana no siempre responde a códigos externos sino a códigos éticos y motivaciones personales.
La norma ética aventaja a la jurídica porque consigue la adhesión la aceptación, la responsabilidad y el compromiso, sea en lo social, lo laboral o lo privado.
Excelente articulo, me queda muy claro que mandar no es lo mismo que motivar y si queremos que los demás cumplan nuestras ordenes tenemos que pedirlas como a nosotros nos gusta que nos pidan las cosas.
Excelente artículo
El arte de exigir con cariño, es propio de los verdaderos maestros, como de los buenos padres
El objetivo, siempre es el bien del alumno o del hijo que, se desea que sea mejor que el maestro o el padre, o el directivo.
Excelente propósito para el Año Nuevo
Feliz dia de los Reyes
Excelente artículo!! muy buena forma de empezar el año! antes de comenzar clases!! Gracais por compartirlo!
Siempre se recuerda a àquel maestro que màs exigió y que màs nos hizo aprender!
Feliz día de reyers! =)