El jueves día 13 participé en una mesa redonda organizada por el Centre d’Estudis Econòmics i Socials de Barcelona, con mi colega del IESE Xavier Vives, para hablar de «El papel del Estado en la política económica«. Dediqué un rato de mi presentación a explicar qué había cambiado en las políticas macroeconómicas después de la crisis. He aquí algunas ideas.
Política monetaria:
- La inflación baja y estable, que había sido el objetivo de la política económica en las últimas décadas, no es garantía de éxito. La teníamos precisamente cuando estalló la crisis.
- Tampoco las reglas preanunciadas y cumplidas, que habían sido otra constante de los bancos centrales, garantizan el éxito.
- La estabilidad financiera no se puede dar por segura: la salud de los bancos debe ser monitorizada regularmente.
- La política monetaria tradicional no funciona durante una crisis financiera grave. Los tipos de interés no son la única herramienta: ahora hablamos de credit easing, quantitative easing, forward guidance.
- El peligro de contagio: la globalización de las finanzas hace que los países no estén aislados en sus problemas.
- ¿Seguirá siendo independiente el banco central? ¿Lo es ahora? ¿Ha de serlo?
Política fiscal:
- Hemos pasado de la ineficiencia de la política fiscal a la consideración de la política fiscal como único recurso para salir de la crisis, para volver luego a la escasa eficacia de esa política. Sic transit gloria mundi, que quiere decir: así pasa la gloria del mundo.
- Ahora reconocemos la relevancia de la restricción financiera y de la sostenibilidad fiscal: no podemos hacer política fiscal sin considerar la disponibilidad y coste de los fondos que la financian.
- La crisis fiscal se interrelaciona con la crisis bancaria. El Estado fue el salvador de la banca al principio de la crisis, pero la banca sigue siendo la financiadora del Estado, de modo que los problemas de uno son problemas de la otra, y viceversa.
- La austeridad es una solución necesaria, pero lenta y costosa.
- La política fiscal debe gestionarse en el largo plazo.
Acabo de descubrir su blog y me parece muy interesante, me he suscrito y espero aprender un montón de cosas. Soy profesor Sociología en la Universidad de Granada y un auténtico fan de Chesterton y aprovechando algo más de tiempo por enfermedad, he puesto en marcha el ‘Chestertonblog’, con intención más que de difundir su pensamiento, de aprender -y enseñar- a pensar como él lo hacía. En ‘Esbozo de sensatez’ (http://chestertonblogdotcom.wordpress.com/the-outline-of-sanity/critica-de-gk-al-capitalismo/) plantea una serie de cuestiones muy interesantes. Al igual que en otros muchos temas, Chesterton ya veía en el terreno económico lo que tenemos hoy.
Me gustaría saber su opinión sobre el tema, si tiene tiempo de echarle un vistazo. En el blog estamos haciendo una versión bilingüe, porque la traducción existente es muy deficiente.
Bienvenido, Juan Carlos. A mí también me gusta mucho Chesterton. Algún día hablaré de su crítica al capitalismo; me parece que le falta distinguir entre el sistema (digamos, la economía de mercado) y la práctica (o sea, la economía de mercado más la ideología más los fallos de las personas). Pero ya hablaremos de esto.
Muchas gracias por la información, mi pregunta va en la línea de lo que plantea Basilea III como directriz orientada a minimizar los riesgos que han provocado gran parte de la crisis. ¿Cree que es suficientemente restrictiva? ¿Cree que pone remedio a los riesgos existentes? ¿Es Basilea III suficiente?
Muchas gracias nuevamente y que acabe de pasar un buen día,
Juan.
No sigo los entresijos de las Basileas con detalle, pero me permito enunciar un principio general (que puede ser equivocado, claro): toda solución óptima en un momento determinado deja de serlo al poco tiempo, porque la existencia de una regla mueve a cambiar las conductas. Leí hace tiempo que si uno va un reguero de hormigas en una baldosa, se pone a pisarlas, pero las hormigas se dispersan, de modo que, al final, tiene que acabar pisando todas las baldosas.
Estimado profesor Argandoña,
Sigo sus publicaciones a través de IESE y deseo felicitarlo porque brinda enfoques que a menudo pasan desapercibidos. Soy peruano, periodista y tengo a la economía entre mis principales intereses. Mi consulta en relación a la presente publicación está vinculada a su primera conclusión sobre política monetaria: una inflación baja y estable no es garantía de éxito. la ortodoxia prescribe, como usted sabe, precisamente lo contrario. Otros podrían pensar que se trata de un guiño a Keynes. ¿En qué sentido podemos entender su afirmación.
Muchas gracias por su atención,
Ricardo Licetti
Lo que pretendía decir es que tuvimnos inflaciones bajas y estables durante largos periodos, pero no nos fijamos en los desequilibrios que se presentaban en otros frentes. Como dije en otra entrada hace pocos días, esta crisis fue, sobre todo, una crisis «de balances». La inflación responde a flujos, por eso no fue suficiente su control.