Otra vez recurro a un artículo de Edmund Phelps, el premio Nobel de Economía de 2006 (aquí, en inglés). Su título: «El corporatismo, no el capitalismo, tiene la culpa de la desigualdad». Por corporatismo (corporatism) entiende los valores de una sociedad igualitaria, progresiva, que dificulta la innovación, como expliqué en otra entrada en este blog (aquí). Empieza el artículo que ahora comento con la tesis que presenté allí: Europa sufre una enfermedad, que es la pérdida de su capacidad de crecimiento, basada en la pérdida de su capacidad de innovación, que Phelps atribuye a incentivos perversos. Los tipos de interés demasiado bajos han desanimado la fuente normal de financiación, que es el ahorro, de modo que los inversores se marchan a Wall Street y a la City de Londres para ganar con el arbitraje y la especulación, que no crean valor nuevo, solo reparten el que otros crean… lo que desanima a estos últimos a crear.
Y esto lo atribuye Phelps a la difusión de valores corporativos, como la solidaridad, la seguridad y la estabilidad. Me parece que no se opone a esos valores, sino a su desarrollo desordenado. Todos necesitamos cierta seguridad, pero cuando nos la aseguran en cualesquiera circunstancias, están quitándonos el incentivo a solucionar nosotros mismos nuestros problemas y a transferir el riesgo a otros, seguramente los que pagan impuestos, desanimando la formación de valor que esos impuestos gravan. Y lo mismo pasa con la solidaridad: una cosa es evitar que la gente se encuentre en una situación de miseria, y otra es darles todo gratis, sin esfuerzo por su parte.
«Con tanta gente haciendo rodar el dado» en los mercados financieros, no en la producción de riqueza real, «seguro que habrá algunos ganadores -y sus abundantes compensaciones aumentarán más la desigualdad en la distribución de la renta». Además, los que participan en ese juego tratarán de obtener el favor de los gobernantes, reduciendo, por ejemplo, la competencia de los innovadores, y «con menos competencia que temer, las compañías se dedican a aumentar sus márgenes y sus beneficios. Esto eleva la cotización de sus acciones y, por tanto, la riqueza de sus ricos accionistas». Sugiero al lector que se tome en serio este diagnóstico, que quizás no es total, pero sí que tiene mucho que ver con nuestros males hoy.
Y añade otro valor corporatista: el materialismo, «que ha traído la obsesión por ser ricos». Y ha traído también el cortoplacismo, que «tienta a los ejecutivos a hacer subir los precios de las acciones y a los gerentes de fondos a exigir a los directivos de empresa mayores objetivos de beneficio trimestrales. Y esto frena la innovación y aumenta la desigualdad de la riqueza».
The TACACS+ and RADIUS user affidavit mechanisms are not accurate over an IPv6 transport. But, if you are in an IPv6 arrangement ambiance and would like to accept either TACACS+ or RADIUS accredit SSH clients; you accept to configure TACACS+ or RADIUS over an IPv4 carriage and again affix to an SSH Premium server over an IPv6 transport.
Un problema importante. Creo que los valores de la solidaridad son importantes si se enfocan bien. Creo que lo prioritario es facilitar la solidaridad con quienes se ven afectados por problemas ajenos a su voluntad, lo cual es, además, una manera de garantizar la igualdad de oportunidades. Cierto es que una excesiva igualdad puede desincentivar el esfuerzo, pero con mucha desigualdad los individuos pueden percibir sus esfuerzos como inútiles.
Reciba un cordial saludo.