Hay un amplio consenso entre los economistas en que la inversión es importante (y me refiero a la inversión real: máquinas, fábricas, camiones, oficinas… no la inversión financiera). A corto plazo, para mantener una demanda agregada elevada. Y a largo plazo, porque aumenta la capacidad productiva, facilita la introducción de nuevas tecnologías, eleva la productividad (y los salarios, y el nivel de vida de la población) y es complementaria del capital humano, por lo menos del avanzado.
La pregunta que formulo en el título de este entrada me la hice hace unos días, leyendo un artículo en el Financial Times en el que se afirmaba que las grandes empresas europeas estaban sentdas sobre grandes pilas de dinero, porque habían tenido beneficios elevados. ¿Qué iban a hacer con ese dinero? ¿Invertir en Europa -las empresas españolas en España? ¿Invertir en otros países, sobre todo emergentes? ¿Hacer inversiones financieras, en espera de un futuro más claro? ¿Recomprar sus acciones, como están haciendo muchas empresas norteamericanas, para aumentar la rentabilidad de los accionistas?
Si las empresas deciden de acuerdo con su rentabilidad, es probable que mucho de ese dinero se vaya a otros lugares, para montar plantas en países emergentes o para comprar empresas en otras localizaciones. Digo esto porque no veo muy claro el futuro de esas inversiones en España, dado el bajo crecimiento potencial que nos espera, la falta de un modelo de especialización claro (y ganador), la propensión a exportar que han desarrollado para salir de la crisis (y exportar puede hacerse desde España… o desde China, Brasil o Sudáfrica), o el retraso en la I+D o en la formación de capital humano avanzado de nuestra mano de obra… La diversificación de productos y, sobre todo, de países a los que se vende puede ser el comienzo (o la continuación) de una diversificación de localizaciones.
No quiero llamar al mal tiempo, pero me parece que tenemos que pensar en serio dónde estarán, dentro de unos pocos años, esas multinacionales españolas que tanto nos enorgullecen ahora…
Como le decía profesor, disculpe mi atrevimiento, la actividad económica (la T de la economía según mi libro La Constante …) delata cómo cambia la sincronía de los sectores económicos en función de los precios (distribución de oferta de corto-largo). Es reflejo de la organización de toda la economía. Ya Aoki y Yoshikawa habían detectado ésta (T) pero sin saber qué representa. La distribución de demanda libera o contrae recursos según sea T. No depende tanto de las empresas al uso sino de la capacidad de sincronizar que tengan sus directivos y más a largo, de cómo lideran o son liderados (de sus virtudes: mal llamadas sociales). La RS es una cuestión personal, íntima; que se «manifiesta» (en lenguaje poliano) como liderazgo social hacia el mercado. pero no radica allí. El IEFLP acaba de publicar un artículo mío al respecto en : http://www.leonardopolo.net/revista/mp49.htm. Gracias por tan buen post y saludos desde la Ciudad de los Reyes.