Leí hace tiempo un artículo de Mark Buchanan en Bloomberg, titulado «¿Hay un modo de evitar el bloqueo político?». Interesante. Se inspira en un libro de David Colander y Roland Kupers, en el que explican que los debates de política económica han caído en una trampa creada por los economistas hace medio siglo. Se trata del supuesto de que las preferencias de la gente están dadas, son fijas y no cambian. Por tanto, la política no debe intentar cambiar las preferencias o los valores, sino solo tratar de satisfacerlos.
Y para ello solo hay dos soluciones: que lo haga el mercado, o que lo haga el Estado. La consecuencia es el bloqueo de la política, porque todo se convierte en blanco o negro, una cosa o la otra. Y con ello hemos eliminado muchas políticas que podrían ser útiles. Por ejemplo, puede que los valores del mercado, que son los que los individuos prefieren, no sean los adecuados para la sociedad. Aquí, dicen, hay un papel para el Estado: favorecer instituciones que permitan emerger nuevos valores, de modo que el mercado acabe actuando en beneficio de todos.
Esto es, por desgracia, un tabú para nuestra sociedad. Y así nos va. Pensemos por ejemplo en la corrupción. Si las preferencias están dadas, lo único que queda es poner restricciones a las conductas individuales: investigación, penas, castigos (o premios)… ¿Y si predicamos la ética? Problema: no queremos que la sociedad nos diga qué valores hemos de practicar. O sea, dejemos que el corrupto siga siéndolo, y tratemos de frenar sus comportamientos indeseables. Bueno, ya se ve que algo no funciona. La idea de desarrollar instituciones que promuevan «otros» valores me parece que vale la pena trabajarla.
Mas que blanco o negro entre mercado y presupuestos, diría una elección entre comer y viajar. Ambo es posible pero cada uno tiene su ámbito limitado.-
Puro sentimentalismo. Atrapados en su laberinto.
Así es. Buen diagnóstico.
Estimado Antonio: dudo que desde el accionamiento político actual en España, el Estado tenga la capacidad y el ingenio para crear otro escenario orientado hacia el bien común así como para abrir el camino y establecer los acuerdos sobres los requisitos esenciales para el desarrollo de la personas…., si embargo, no hay que desanimarse, creo que desde la sociedad civil y en particular desde la empresa, puede asumirse otros papeles orientados hacia la ética.
Saludos cordiales,