¿Qué es la justicia?

Nuestra sociedad tiene una gran sensibilidad por la justicia. Nos molesta profundamente que se castigue al inocente, que el corrupto robe a los demás, que la ley no se aplique por igual a todos… Y esto es muy bueno, claro: es básico para el buen funcionamiento de la sociedad. Pero a veces me da la impresión de que queremos que la justicia se aplique sin remordimiento, sin limitaciones: ¿hiciste algo mal? ¡Pues debes pagarlo! No debería haber matizaciones sobre esto, ni periodos de prescripción.

Pero acabo de leer Romano Guardini (ya he hablado otras veces de este filósofo y teólogo alemán), y me ha sorprendido. Porque hace notar que esa idea de la justicia se opone a la idea de la conversión. Lo dice a propósito de la parábola evangélica del hijo pródigo, aquel joven egoísta y mujeriego, que se arruina y decide volver a la casa de su padre, que le recibe con grandes fiestas. ¡Un momento!, decimos: ¿no va a haber un castigo? ¿No se está sustrayendo del orden establecido? «¿Cómo es posible que un sinvergüenza como ese, después de todo lo que ha hecho, se vuelva ahora virtuoso y quede impune?», pregunta Guardini.

Y concluye: si hay una auténtica conversión (nótese el calificativo: auténtica), el hombre se sustrae efectivamente a los cánones de la justicia, porque por encima de la justicia humana está el reino de la libertad y del amor. Si la justicia sigue aplicándose, inexorable, resulta que «no compensa» cambiar de vida. Incluso la justicia humana contempla la reducción de la pena para el que reconoce su delito, pide perdón y pone los medios para enmendarse. «¡Ay del mundo que solo funcione según la justicia!», dice Guardini, porque «la justicia se asfixiaría si se quedara sola». Porque para saber dar a cada uno lo suyo (esta es la definición tradicional de la justicia), hay que conocer a la persona en su peculiaridad, y esto no se puede hacer si no lo miramos con los ojos del amor. «Una justicia que vive por sí y para sí, se pervierte y se convierte en su antítesis más depravada». Y concluye: «La justicia del hombre (…) es una cuestión muy problemática. Hay que tender hacia ella, pero no pararse en ella». Quizás lo que está pasando en nuestra sociedad es que nos paramos en la justicia (el que la hace, la paga), y con ello estamos bloqueando nuestro progreso moral. Y esto no es fácil de poner en práctica desde el Ministerio de Justicia, pero debería serlo desde la sociedad civil.

4 thoughts on “¿Qué es la justicia?

  1. Buenas noches Antonio, felicidades por el post y por el tema ya que me parece muy acertado en los tiempos que corren en España.

    Teniendo en cuenta que ahora mismo tanto la política como casi todo lo relacionado con el poder parece estar corrupto creo que la opción de el que la hace la paga es muy correcta, pero en otros casos si que podríamos meter el factor humano…

    Pero como siempre, depende del ángulo del que se mire…

  2. La verdad es que es un tema complejo y que daría para una buena conversación. Sinceramente siempre he creído en la capacidad que tenemos las personas para entendernos y acudir a la justicia solo en casos de gravedad y en los que tenga que intervenir el Estado.

  3. Es un tema que da para mucho más. El profesor Polo la elevó hasta el nivel de los Primeros Principios y también afirmaba que por encima de ella está el nivel trascendental, es decir, la estructura donal. Creo que se entiende mal la trascendencia poliana aún, porque no es el nivel esencial. Pero, definiciones aparte, la donación trascendental traspasa a la justicia y la eleva; no se queda en ella pero la presupone. Más bien creo (esto es mío) que en la injusticia residen estas dificultades. Se da más de lo que se debe dar. Pero no se sabe medir, porque es imposible medir con números lo que es humano. Se premian los sentimentalismos y el clientelismo dando más de lo que se debe y ahí está la injusticia. Yo encontré la contra-varianza por eso. pero es difícil de medir y entender por lo mismo. Es una contra-referencia numérica que no llega a la trascendencia, pero mide «en algo» la injusticia. Pero así como los intercambios se consideran correctos monetariamente, así las injusticias se pueden medir en lo numéricamente medible. No niego que es un tema avanzado, pero más prudente (Polo decía que el nivel de la prudencia era la sindéresis, el de la justicia es el hábito de los primeros principios y el de la caridad es el personal-trascendental). Las virtudes crecen todas juntas pero en el nivel esencial. La justicia mira a los fines (que son las personas, esto es poliano) y no a la cultura (medios) aunque hay medios más altos que otros y se pueden considerar fines, no lo son. El nivel esencial de la justicia es la justicia como virtud, pero el dar o no dar, es personal. Y por eso, tiene repercusiones incluso monetarias

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