La Responsabilidad social no es eso

Un titular de un periódico español, de hace unos días: «Empleo [quiere decir el Ministerio de ese nombre] ve positivo premiar a las empresas que contraten y mantengan en sus plantillas a los trabajadores de más edad». Vale, pero la Responsabilidad social no es eso. «Al final, la gente hace aquello para lo que le pagan», decía Kenneth Andrews, un mítico profesor de la Harvard Business School, hace ya muchos años. Si pagan a las empresas por conservar a los mayores, lo conseguirán, claro, pero seguramente será a costa del empleo de jóvenes, o de los de mediana edad. El Estado no debería gastar el (escaso) dinero que tiene para conseguir objetivos parciales, discutibles. Lo primero es preguntarse: ¿por qué las empresas no tienen interés en conservar a sus empleados de más edad? Posiblemente, porque les salen muy caros: su productividad no crece a la velocidad de la de los jóvenes, les falta formación para los nuevos empleos, quizás sus jornadas no son las adecuadas. Ahí es donde habrá que actuar. Y, ¿qué pensará un empleado de más edad, si su jefe le dice: te iba a despedir, pero como me dan ventajas para mantenerte, no te despediré? Seguramente dirá: ¡qué socialmente responsable es mi empleador! ¿Sí?

 

6 thoughts on “La Responsabilidad social no es eso

  1. En mi opinión, sería dinero mejor gastado en la capacitación de esos empleados a lo largo de toda su vida laboral, o en la flexibilización de su jornada laboral para que se adapte a nuevos intereses en una nueva etapa de su vida y que sigan manteniendo su motivación hacia el trabajo… Esto de los premios es como la zanahoria y el palo. En cuanto se acaben las zanahorias deja de andar el asno! lo cual es poco sostenible, y por lo tanto «poco RSC».
    Un saludo.
    Sonia Sánchez Torres

  2. Una empresa es un colectivo de responsabilidades, y si la edad parece menguar rendimiento individual, entonces afectará por igual a la cúspide como a la base, por lo tanto ¿desde la propiedad al último empleado han de ser todos jóvenes? Me parece precipitado concluir eso.

    Lo que sí he constatado en mi trayectoria profesional es que con la edad en general se pierden miedos, ¿no puede ser ésa una base de dichas predilecciones por la juventud?

    Siempre que he preguntado ¿qué te es más difícil motivar o atemorizar?, las contestaciones han girado en torno a la edad.

  3. Estimado Antonio:

    Quizás los empresarios debemos reflexionar y peguntarnos que es lo que estamos haciendo mal, para que un empleado de mayor edad, no haya recibido la capacitación y los estímulos suficientes, para que con el paso de los años su valor, profesional, personal y de compromiso con la empresa sean mayores, convirtiéndose en el principal activo de la empresa.

    Saludos,

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