Lo que se supone tiene que hacer un buen miembro de un Consejo de Administración dependerá de lo que se espere de ese Consejo. No quiero entrar aquí en el debate sobre si debe atender exclusiva o principalmente al interés de los accionistas, ni sobre cuál es ese interés.
En cambio, sí me parece interesante señalar unas cuantas obligaciones de un buen consejero, que tienen que ver más con su manera de trabajar que con el objetivo de la empresa en la que trabaja. Porque es un profesional, en sentido amplio, y debe trabajar mucho y bien.
Qué sea «trabajar bien» es distinto para un médico que para un cocinero y, por supuesto, para un consejero, y en este último caso, para un consejero de una gran entidad financiera cotizada o para el que colabora con una empresa familiar de gran arraigo local. Seguramente hay más obligaciones, pero he aquí unas cuantas:
- Hace preguntas comprometidas.
- … porque no está ahí para aplaudir al Director General que le contrató.
- Trabaja bien con otros.
- Conoce el sector. Y si no lo conocía antes, se entera.
- Proporciona ideas valiosas. Y si no las tiene durante algún tiempo, lo que tiene que hacer es marcharse.
- Está disponible cuando hace falta. No es una dedicación a tiempo completo, pero se le parece.
- Es despierto y curioso. No acepta sin más las verdades que se le ofrecen.
- Contribuye al trabajo de los Comités.
- Asiste a las reuniones. Hombre, ¡claro!
- Prepara las reuniones. También claro, pero no tan frecuente.
- Participa en las reuniones.
- Hace contribuciones pensando en el largo plazo. Tiene que ser un «Pepito Grillo», que remueve a los demás.
- Piensa en la empresa en su conjunto.
Los Comentarios de la Cátedra son breves artículos que desarrollan, sin grandes pretensiones académicas, algún tema de interés y actualidad sobre Responsabilidad Social de las Empresas.
En mi opinión pienso que un buen consejero ha de tener bastante experiencia en el trabajo que vaya a desarrollar, pues como dice el refrán la experiencia es un grado.
Un saludo