Entiendo que la creación de valor es un punto básico en la concepción de la empresa, porque esta es una institución económica, y crear valor económico es su razón de ser. De hecho, el objetivo de la empresa no se determina dentro de esta, sino fuera, por su función social. Otra cosa es que nos pongamos de acuerdo sobre cuál es esa función social: la creación del máximo valor económico para la sociedad (que es lo que está detrás de la maximización del valor para el accionista), la satisfacción de necesidades humanas, el bien común, la promoción de una sociedad más humana o lo que sea.
Pero no hay que olvidar que hay muchos tipos de valores, y que muchos de ellos se crean en la empresa o alrededor de lo que la empresa hace. Limitarse al valor económico es más sencillo, pero es incompleto, porque, al crear valor económico, la empresa puede estar creando o destruyendo otros valores, de modo que el resultado final no se puede declarar «óptimo», si no tenemos en cuenta esos efectos que podemos llamar «colaterales», pero en modo alguno «irrelevantes».
De esto hablé hace unos días en la 24ª Conferencia Anual de EBEN España, en Segovia. Lo que me parece llamó más la atención de los asistentes a mi comunicación fue el listado de valores que presenté. No pretendo que sean todos, ni que todos sean relevantes, ni que sean los más importantes; lo que me interesaba allí era decir que hay por lo menos seis tipos de valores:
- Extrínsecos, de naturaleza económica (el salario, por ejemplo)
- Extrínsecos, inmateriales (el reconocimiento que la empresa y los colegas me dan).
- Intrínsecos, psicológicos (la satisfacción que tengo por la labor realizada)
- Intrínsecos, de aprendizajes operativos (lo que aprendo al trabajar)
- Trascendentes, de aprendizajes evaluativos (lo que aprendo en mi capacidad de evaluar los resultados de mis acciones sobre los demás: por ejemplo, si aprendo a tenerles en cuenta, o a ignorarles)
- Trascendentes, de externalidades (los resultados de mis acciones sobre los demás).
Lo que hace relevante esta lista es que todos esos valores se crean en la interacción con los otros stakeholders en la empresa, y con los medios materiales que se utilizan (y, por tanto, con los propietarios de esos medios). Algunos los crea la empresa (el salario), otros no (mi satisfacción). Puede ser sustitutivos entre sí (más satisfacción y menos salario), o complementarios, o independientes entre sí. Algunos son acumulativos, otros no. Y pueden ser compartidos, o no, o deben ser compartidos.
Lo que yo pretendía en mi presentación es mostrar que las teorías sobre la empresa deben poner, en primer lugar, los resultados económicos, pero no solo ellos. O sea, la teoría de la empresa debe ser más amplia que la teoría económica de la empresa. Y esa amplitud vendrá de la ética y de la antropología.
Interesante artículo Don Antonio. Espero que pronto podamos recibirle en Madrid y escucharle en directo. ¿Alguna charla próximamente? Un abrazo fuerte.
Muchas gracias Antonio, tus artículos siempre muy interesantes
Una lista muy completa y que desconocía.
Siempre aprendiendo contigo.
Gracias
Muchas gracias Antonio, una lista corta pero completa. El salario emocional es una realidad. Yo misma sé lo digo a mis clientes cuando me felicitan por un trabajo que ellos han considerado bien hecho. En esos proyectos he «recibido más». La pregunta que me hago es que va primero «el huevo o la gallina?» los tangibles o intangibles, lo económico o lo humano-social? No tengo clara mi respuesta, pero mi intuición y experiencia me dicen que primero hay que poner lo humano, transcendente y social y lo demás vendrá solo. La definición de éxito económico es distinto según la persona. Este resultado económico, es una consecuencia de lo que hacemos y no el principal objetivo? Yo puedo decir que mi prioridad es llegar a la excelencia en el trabajo, en aportar valor a los que me rodean y luego confio en que eso me asegurara un adecuado retorno económico y no al revés. En empresas más grandes es ciertamente un gran reto. Gracias de nuevo por agitarnos el pensamiento.
Nunca había visto una lista de valores tan amplia. El valor económico es el único que conocía.