Ya va siendo hora de acabar estas reflexiones sobre quién decide cuáles son las responsabilidades sociales de las organizaciones. Las conclusiones de mis entradas anteriores son que esas responsabilidades se derivan de la naturaleza y actividad de la empresa y que las analizan y concretan los miembros de la empresa, guiados por sus estructuras de gobierno y de dirección. Pero, ¿tienen algún papel en esto la sociedad, o el gobierno, o los demás stakeholders?
Sí, y muy importante. Primero: la empresa asume su responsabilidad ante la sociedad y los demás interesados, cada uno en su ámbito, y esa sociedad es la que recibe y valora la declaración de la empresa y su compromiso. Juzga, por tanto, si es suficiente esa RSC.
Segundo, ayuda a concretar esa RSC. La sociedad no establece, por ejemplo, que la empresa no debe discriminar por razón de sexo, edad, raza, religión, etc.: esto viene dado por el carácter de comunidad de personas que es la empresa, y por la necesidad de ganarse la colaboración de todos en el proyecto común. Pero la sensibilidad social es la que determinará qué prácticas se consideran propias o impropias de una empresa que no discrimina por aquellos criterios. Esto se llevará a cabo mediante un proceso de discusión, crítica, colaboración y negociación.
Tercero, la sociedad valida lo que la empresa hace. Por eso, la RSC se concreta en unas propuestas más o menos ambiciosas y realistas sobre lo que la empresa quiere y puede hacer, de acuerdo con sus circunstancias y con lo que la sociedad le pide. Y la sociedad lo acepta o no. Aquí aparecen la comunicación y la transparencia.
Cuarto, la sociedad no sustituye a la empresa en ese proceso de asunción de responsabilidad, compromiso y ejecución. Me parece que esto es importante, si queremos que «cada palo aguante su vela».
Y quinto, la sociedad debe aprender de la empresa acerca de sus responsabilidades. Puede, por ejemplo, pedirle que contrate más empleados, pero la empresa debe también señalar las limitaciones y dificultades que esta propuesta lleva consigo, de modo que la sociedad pueda proponer los cambios sociales necesarios -por ejemplo, cambios en la legislación sobre contratos, salario mínimo, costes de despido y otras variables que influyan en ese deber de la empresa.
No estoy seguro de que todo esto sea correcto. Pero me parece una manera correcta de plantear la RSC: como responsabilidad de las empresa, derivada de su naturaleza, funciones y acciones, en diálogo con la sociedad.
Los Comentarios de la Cátedra son breves artículos que desarrollan, sin grandes pretensiones académicas, algún tema de interés y actualidad sobre Responsabilidad Social de las Empresas.
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Un principio para la responsabilidad (libertad), que refleja lo arriba dicho, está en Ética de Polo: «La libertad exige juicio, que alguien me diga si he acertado. No querer ser juzgado es la tesis de Nietzsche: la voluntad de poder no responde ante nadie. La responsabilidad consiste en que alguien me tiene que decir si he usado bien de mi libertad. La norma moral es el sentido de la libertad. Por eso, la norma moral es un bien de primera categoría, es una norma respecto de bienes. La represión del reprimido es la represión de la libertad. En una dictadura se pierde la libertad. ¿Cómo puede haber leyes para la libertad que sean deterministas? La ley moral indica la dirección de la libertad. ¿Libertad para qué? Libertad para el bien. Si no hay bienes, no hay libertad. Si uno no sabe moverse bien respecto de bienes, no hay libertad …» Claro que hay una escalera de bienes pero eso es justamente lo que usted nos muestra como interés de la RSC.