La empresa es una comunidad de personas que se mueven por motivos muy distintos, pero que tienen que conseguir que el proyecto común de la empresa salga adelante. Conseguir eso es la tarea de la dirección. Y el resultado es la buena gestión de la empresa.
Hay estudios que muestran que los empleados pueden sentirse solos en su trabajo, incluso aunque estén rodeados de otros empleados. Es un sentimiento subjetivo, y lo peor es que, si uno empieza a sentirse solo, tiende a cerrarse, cambian sus relaciones con los demás y se siente cada vez más solo: es un círculo vicioso. El detonante de esto puede ser ocasional: el jefe, con el que se llevaba muy bien, ha pasado a otro lugar, y viene otro jefe con el que no se entiende. O esperaba una promoción, que no ha llegado, y toma eso como evidencia de que todos están contra él… Y, además, el sentimiento de soledad es contagioso.
Ese sentimiento de soledad muestra, como ya dije al principio, que la empresa es una comunidad de personas, que no se juntan solo para ganar dinero, sino para otras muchas cosas, entre ellas formar parte del grupo, sentirse aceptados, «hacer amigos»… Si esto falla, estalla la soledad.
Y hoy en día falla más por culpa de las organizaciones. A fuerza de controles, medidas de rendimiento, evaluaciones individuales, normas ISO y todo eso, la empresa se convierte en un campo de competición que, entre otras cosas, provoca la falta de colaboración: nadie pide ayuda, para que no le consideren inferior, y nadie presta ayuda, para que el otro no la pueda aprovechar a costa nuestra. El resultado es la desconfianza y el miedo.
Y la solución, claro, no consiste en organizar más comidas de empleados o picnics. Porque vemos a menudo que personas que trabajan en mesas contiguas se relacionan a través del móvil. Algo va mal. Bueno, no en todas partes, pero sí en algunas…
La coogestión empresarial como estímulo del trabajador, hacerle formar parte del proyecto, la motivación como algo fundamental en los trabajadores, son premisas que todo empresario ha de contemplar en pleno siglo XXI. Artículo muy interesante.
Y cuando esto comienza a ocurrir, la solución no es la encuesta de clima laboral porque eso es solo una herramienta. El lider frente a esa persona colaboradora o esas personas, tiene que conectar con ellas y replantear actividades, objetivos, pero también fortalezas e intereses del individuo…
Ese colaborador desmotivado y solitario puede contagiar su malestar y cómo dice el artículo, hacer estallar la sociedad