Los días 2 y 3 de julio se celebró en el IESE en Barcelona el 20º Simposio Internacional de Ética, Empresa y Sociedad, con el tema «El sentido del trabajo en la cuarta revolución industrial». Aquí mencionaré algunas de las ideas que me llamaron la atención, entre las muchas que salieron en las mesas redondas y sesiones plenarias.
- Esperamos demasiado a la Inteligencia Artificial (IA). Se exagera el contenido científico que hay en ella: lo que sí hay una gran disponibilidad de capacidad de computación a bajo coste, y una enorme masa de datos para explotar.
- Las máquinas no «aprenden», en el sentido en que aprendemos los humanos. Son muy buenas reconociendo patrones de comportamiento. Y sufren de lo que se llama «olvido catastrófico»: cuando cambia de tarea, la máquina olvida completamente todo lo que «aprendió» en la tarea anterior.
- Las máquinas no son buenas en multitareas.
- No explican por qué han llegado a las conclusiones a que han llegado.
- «Aprenden» sin saber lo que aprenden: la máquina dice muchas cosas sobre el cáncer, pero no «sabe» lo que es cáncer. Es un caso de «competencia sin comprehensión». Pero, eso sí, son enormemente útiles.
- La clave de la IA es que esté centrada en el hombre. Máquina y hombre son complementarios, «co-trabajan» juntos. Afortunadamente, los errores humanos no están correlacionados con los de la máquina.
- Hay que pensar en términos de sistemas, no de tecnologías. Y de oportunidades, no de algoritmos o números.
- Dirigidas a dar poder (empowering) a las personas, no sustituirlas.
- La conexión entre hombres y máquinas es muy poderosa, porque ayudan a las personas a dar buenas explicaciones.
- Los humanos tenemos inteligencia general, que perseguir fines muy variados en diferentes entornos. Las máquinas tienen inteligencia especializada, persiguen fines específicos en un entorno dado.
La conclusión que saqué de todas estas ideas es que las máquinas no sustituyen al hombre en las tareas más importantes, como la de dirigir organizaciones.
Me ha parecido un gran post, es usted un erudito en la materia. Se nota que sabe de lo que habla. El cambio revolucionario al que nos lleva la AI es inmediato y ya está implantado mucho más profundamente de lo que todo el mundo cree
El día que en lugar de IA se llame SA (sincronía artificial) la ayuda que nos presten será invaluable. Porque la inteligencia es espiritual. Recuerdo que un día, en Pamplona, un experto aseveró que ya habían encontrado el «sitio» donde se generaba el pensamiento. Polo estaba presente y me miró varias veces, pero como yo no me atrevía a intervenir, le dijo al ponente que eso era imposible, por el principio de Heisenberg demostrándolo claramente. Mientras no se entienda (a Polo) que el pensamiento y las intervenciones humano-físicas son «luminosas», es decir, no se interiorice (como diría Juan Antonio) el conocimiento profundo de la luz (sincronía co-contra-variante), la SA será inalcanzable.