No convirtamos el futuro en un valor actual descontado

Me temo que lo que voy a decir aquí puede ser entendido como un síntoma (y no será el primero) de, digamos, mi envejecimiento mental. Pero tiene que ver con lo que ya he dicho otras veces, sobre la importancia de la narrativa, del relato. Y me alegró encontrar una breve entrada en The Enlightened Economist (aquí), titulada «Imaginando la economía». Diane Coyle explica que ha leído unos libros sobre imaginación en economía, y anima a los lectores a seguir ese camino.

Pero lo que me motivó a escribir algo es un comentario, como de pasada, acerca de la insuficiencia del concepto de valor actual descontado en el tema de innovación. El argumento, probablemente, podría ser que, habitualmente, en innovación no hay un juego de probabilidades que permita calcular los beneficios futuros esperados y, por tanto, su valor actual descontado, que decimos que es la clave de la decisión (y menos aún si hay incertidumbre radical, que elimina la posibilidad de esas probabilidades). Pero a mí me gustó más la idea de que, cuando alguien piensa una empresa, un proyecto de futuro, la frialdad de una valor actual descontado no puede ser suficiente.

Y aquí viene la idea de la narrativa. Cuando uno se sienta delante de unos posibles inversores, naturalmente que tiene que hablar de flujos de fondos, de necesidades de capital, de rentabilidad y, claro de valor actual descontado. Pero lo que, probablemente, atraerá más a los inversores es la historia, la novela, el cuento, que les contará, acerca de lo que piensa hacer, de por qué lo quiere hacer, de con quién lo va a hacer, de lo que espera que pase… Vale: un argumento más para la idea de que la economía ha de ir de relato, no solo de cifras.

2 thoughts on “No convirtamos el futuro en un valor actual descontado

  1. Estimado profesor Argandoña, tal cual, muy bien dicho pues el discurso demora por lo menos un ciclo. Y es que las inversiones iniciales se van diluyendo a medida que se van ejecutando las actividades productivas. Cuando se compensen los costos (previstos y/o no) con las acciones directivas que le dan continuidad al ciclo, se puede decir que la narrativa “cumplió” o no, con lo dicho (o con lo que se va “narrando” a medida que va pasando). Es un arte-ciencia. Como todo lo que pasa en este mundo. Si los ciclos se reanudan por previsiones hechas o que se van a compensar mejor más adelante, en buena hora, la compensación podrá “descontarse” y la incertidumbre disminuirá. Pero la contabilidad geométrica (la dilución de costos: 1/q) es inevitable dentro y fuera del ciclo inicial. El ingreso de intermediarios lleva a sus propios ciclos, también geométricos, porque cada intermediario diluye sus propios costos.

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