La inteligencia artificial (IA) y, en general, todas las nuevas tecnologías, son algo formidable. Son fruto de la inventiva del ser humano, un ser de capacidades casi ilimitadas, que es capaz de muchas cosas. Chapeau, como dicen los franceses. Y sirven para mejorar nuestro nivel de vida, cubrir muchas de nuestras necesidades, servir mejor a los demás… Vaya, que uno tiene derecho a ser pesimista, pero debe reconocer también… eso, que la tecnología es una cosa excelente.
Que puede ser utilizada mal, porque la usamos los humanos, con todos nuestros defectos y debilidades. Por eso se está hablando ahora mucho de la ética aplicada a las nuevas tecnologías. Y sobre esto quiero hacer aquí algunas reflexiones, por si pueden servir a mis lectores -y para que ellos digan lo que piensan sobre esto.
Empezaré con algunas consideraciones generales. Primera. los problemas morales los tienen las personas, no las máquinas ni el software. Segunda: la ética ayuda a identificar los problemas, proporciona criterios para la valoración de las alternativas, para tomar la decisión mejor en cada caso y para implementarla. Tercera: la ética se preocupa de los efectos que las decisiones tienen sobre las personas. Porque los humanos aprendemos de nuestras acciones y de las de los demás… y esto nos cambia, y cambia nuestra manera de actuar.
Por eso, ante una decisión que implique a la tecnología, debemos preguntarnos: primero, qué voy a hacer, cuál es el objeto de mi acción; segundo, qué pretendo o espero conseguir, cuál es mi intención, mi fin, y tercero, qué consecuencias puede tener mi acción. Por ejemplo, estoy pensando en introducir robots en mi cadena de montaje: ¿cuál es el objeto? ¿Qué deseo: despedir a parte de mi plantilla, abaratar mi producto, lucir mi arrogancia tecnológica ante mis conocidos…? Y, ¿qué consecuencias tendrá, sobre mis consumidores, empleados (los que se marcharán, los que se quedarán, los que vendrán más tarde…), los accionistas, la comunidad local… y, muy importante, para mí mismo.
La ética es voluntaria, pero no opcional: es una exigencia de la excelencia. El directivo ético procura tener en cuenta todas las consecuencias relevantes de sus acciones, para los demás y para él mismo; sabe ponerse en la piel del otro, no omite la consideración de ningún stakeholder relevante; puede llevar a cabo una adecuada gestión del riesgo por los impactos y prácticas de la empresa; desarrolla una cultura de diálogo; se anticipa a los problemas; huye del cortoplacismo en la obtención de resultados (si le dejan sus accionistas)…
Esas son las razones por las que el directivo debe ser ético: porque es, para él, condición de excelencia: si no es ético, no será nunca un excelente directivo, aunque obtenga grandes beneficios y reconocimientos, porque estará ciego para una parte de la realidad, que es muy importante.
Pero sobre esto continuaré otro día.
Estimado profesor,
Pregunto: ¿Podríamos decir que la empatía es parte esencial de la ética? (no encuentro el signo «más o menos» en mi ordenador)
¿No es la falta de ética la culpable de todas las injusticias?
No es necesario demostrar que el género humano (y otros primates) tiene empatía hacia los demás. Cualquier injusticia a un semejante nos afecta porque nos sentimos identificados con el padecimiento ajeno. Y no es sólo porque unas neuronas «espejo» se activan en un punto recóndito de nuestro cerebro. La empatía nos conduce al amor hacia los demás. Aunque la Historia parece demostrar lo contrario, hemos sobrevivido hasta el día de hoy gracias a la empatía. No soportamos que nadie sufra injusticias y por eso nos esforzamos por ser éticos que en su esencia visualiza la empatía y que no tiene nada que ver con una serie de códigos colgados en la pared.
¿Por qué no limpiamos un poquito nuestras neuronas «espejo» y con ello seríamos también un poquito más éticos?
Saludos.
Como decía Juan Antonio, profesor; primero encontrar los planes consistentes luego los eficientes y al final los eficaces. De ahí revisar dentro de los consistentes, los más consistentes. Yo creo, como digo en La Constante, que primero se irán reemplazando los robots para los trabajos más precisos y más pesados, pero eso irá siendo poco a poco porque la IA es programada por mentes humanas que tienen errores; eso es inevitable. Sin embargo, pensando en que ello pueda realizarse, al final lo que quedará será formar a nuestros hijos como seres humanos y eso se hará en escuelas de ética (que enseñen la consistencia o a ser consistentes). Por eso, acá en Lima, ya nos dedicamos (como lo hacen muchos españoles) a formar niños, adolescentes, adultos y mayores para que sepan tomar decisiones consistentes. Por si acaso, intentamos seguir siempre sus recomendaciones aunque a veces sea cuesta arriba, por las circunstancias, como usted bien dice.