Antídotos contra el miedo

«Antídotos contra el miedo» es el título de un artículo que leí en La Vanguardia hace ya más de un mes. Su autor es Jordi Nadal, un gran editor de cuya amistad me precio, aunque aún no he tenido ocasión de ser su cliente, es decir, de publicar un libro en su empresa. Pero me gusta su manera de pensar. Y, claro, también la de este artículo. «Tengo miedo», empieza diciendo. «Tienes miedo. Tenemos miedo. Sobre todo, al otro».

«Tenemos miedo al fascismo, al populismo, al caos, a la crisis económica, a toda clase de desastres naturales, a Trump, a Putin, a musulmanes, chinos e indios, al cambio climático, a la pobreza, al fracaso, al desempleo, a los microbios, al metano, al plástico, a la carne roja y a los vegetales contaminados…» y sigue. «Y, sobre todo, miedo a las personas y al reto de escucharlas. Somos una civilización cada vez más enferma de miedo, acobardada… Si tenemos miedo a estar solos y, a la vez, tenemos miedo al otro, no tenemos solución… El miedo como prejuicio, encerrarse y aislarse, negarse unos a otros, estar conectados digitalmente para no estarlo en la realidad».

La tesis de Jordi Nadal es que nuestro mal es no hablar, no querer hablar con el otro, porque le tenemos miedo. Miedo a lo que piensa, a lo que quiere hacer, a aquello que él ama u odia, a lo que es y a lo que representa. Y el miedo nos aísla: no quiero saber nada de ti, cállate, aléjate… Y cita unas frases de Ryszard Kapucinski: en la guerra, el enemigo es siempre el otro, del que no quiero saber nada; no es humano, es el enemigo, fuera, fuera… Hasta que empiezas a hablar con el enemigo al que has tomado prisionero y con el que hablas: «En el momento en que se empieza a conocer al otro, se empieza a hablar, se pierde la motivación por la lucha». Ya no es el enemigo, es… otra persona.

Me parece que, en nuestra sociedad actual, nuestro gran problema es esa actitud de no querer saber nada del otro, de ignorarlo, no existe, es el enemigo, fuera, fuera… Y sospecho que ese miedo se debe a que no estamos seguros de lo que nosotros pensamos o creemos, miedo a estar equivocados, a estar fuera de juego… y por eso preferimos no escuchar al otro, no dejarle hablar…

Si empezásemos a hablar, si hiciésemos el esfuerzo de intentar escuchar lo que quiere, lo que piensa, lo que es… todo cambiaría. Quizás podríamos empezar con un ejercicio sencillo: cuando leas u oigas algo con lo que no estás de acuerdo, esfuérzate por explicarlo tú, con tus palabras, de modo que el otro pueda decir: sí, eso es lo que yo pienso.

2 thoughts on “Antídotos contra el miedo

  1. ¿Y cómo dejar atrás los miedos?
    ¡Viendo a los demás con EMPATÍA y con CONFIANZA!
    Si tu confías sinceramente en alguien es muy probable que ponga todo su esfuerzo en no
    defraudarte (Efecto Pigmalión), al contrario seguro que si de entrada desconfías de él/ella y no lo haces.
    Esta persona, o este colectivo, a su vez aprenderá el ejemplo y actuará de igual manera con los que esté en su mano ayudar.
    Si actuamos así, los miedos no existen.
    En esencia estamos hablando de actuar y ver a los demás con AMOR.
    Saludos.

  2. Es necesario dejar los miedos atrás para poder avanzar, como bien menciona en el artículo, el miedo siempre estará presente en los seres humanos pues es parte de nuestra naturaleza, miedo a enfrentar nuevas cosas y sobretodo aquellas que salen de nuestra comprensión o no coinciden con nuestros propios ideales, pero para poder avanzar como sociedad será necesario dejar de lado los prejuicios y el miedo para comenzar progresar y ser capaces de escuchar a los demás, dejando de verlos como seres externos y hasta como enemigos para encontrar en ellos alguien con quien avanzar y complementarnos en cualquier aspecto de la vida.
    Muchas gracias por compartir profesor Aargandoña

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