Quiero haceros partícipes de algunas reflexiones que estoy haciendo para un paper sobre Inteligencia Artificial, nuevas tecnologías de la información, algoritmos y otros asuntos técnicos, en relación con la ética. Empiezo por la seguridad en las nuevas tecnologías.
El problemas más inmediato en el uso de las tecnologías digitales es que el agente pasivo (el ciudadano, para entendernos) se enfrenta a productos cuyos caracteres no conoce bien, y que a menudo no puede conocer bien, por sus complejidades técnicas, de modo que no puede controlar las consecuencias de su uso para sí mismo y para los demás, causando quizás daños a sí mismo o a otras personas. Las causas de esos daños pueden ser: 1) los caracteres y limitaciones de la tecnología; 2) errores o fallos que pueden ser imputables a los que la diseñaron, fabricaron o distribuyeron, 3) acciones inmorales de los fabricantes o distribuidores, o de terceras personas, o 4) mal uso de la tecnología.
Un ejemplo de las consecuencias directas de la tecnología lo tenemos en el uso del teléfono móvil: cuando el usuario lo conecta, está generando unas consecuencias sobre sí mismo y sobre los demás que, probablemente, no conoce suficientemente: por ejemplo, está revelando su localización y sus movimientos y está permitiendo el acceso de otros a su información privada y a la de otras personas con las que se relaciona. Y lo mismo pasa cuando las webs intentan averiguar su conducta como consumidor, o cuando consulta un mapa en la web. Desde el punto de vista ético, este problema remite a las acciones u omisiones de los diseñadores, fabricantes y distribuidores.
La existencia de errores y fallos es inevitable en las decisiones humanas, incluso en aquellas en las que se apoya en los medios técnicos; por ejemplo, un error en el diseño del software de un ordenador puede tener consecuencias importantes para la seguridad, utilidad y bienestar del usuario. La detección de ese error puede ser difícil, por el modo como se desarrollan esos programas, con la colaboración, a veces no planeada, de diversos proveedores,
La tecnología permite también la actuación, voluntaria o no, de otras personas que causan daño: es el caso de los hackers, del robo de información y datos, de la suplantación de la personalidad, del cyberbullying, del falseamiento de la información (fake news, verdades parciales) y de otras formas de agresión. La tecnología no cambia la naturaleza de esas acciones, pero es relevante al menos en dos sentidos. Primero: permite ocultar la acción, de modo que el ciudadano puede quedar desprotegido. Y segundo: la tecnología facilita también la disminución de la sensibilidad ante ese tipo de actuaciones; por ejemplo, anima a violar las leyes sobre derechos de autor.
Lo señalado en los párrafos anteriores remite la responsabilidad a los diseñadores, fabricantes y distribuidores de la tecnología y de sus servicios, pero también al uso que el agente hace de la tecnología, como en los casos de la dependencia y la ciberadicción (por ejemplo, al juego o a la pornografía) o el mal uso del tiempo y, en general, un cambio en las relaciones entre personas y con las máquinas. Por ejemplo, no tenemos todavía suficiente conocimiento de los efectos que puede tener el uso de robots que acompañan a personas mayores o discapacitadas sobre su bienestar y su capacidad de relación con humanos.
El tema es muy largo, de modo que seguiremos otro día.
La tecnología avanza muy rápidamente y permite ahorrar tiempo y hacer tareas de forma cada vez más cómoda. Bien utilizados los avances tecnológicos son siempre buenos.
Muy buen artículo, y hablando de ello, a travé de este artículo encontré excelente información tecnológica sobre cómo realizar recargas movilnet en la actualidad. Me parece una información bastante valiosa, por lo cual me siento muy agradecido. Un grato saludo y seguimos hablando profe!
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Pues sí, la tecnología va cada vez más afianzandose en este mundo lleno de incertidumbres y consumismo. Es por ello que lo mejor es abrir la mente y leer artículos como este querido profesor, por el cual le agradecemos. De igual forma también considero que en internet hay información que no es destacada, pero no por eso la encontraremos también en la TV. Por ejemplo, hace algunos días leía sobr el scalping en forex y la verdad me pareció muy interesante. Y es que el Scalping como técnica a mí me parece que está muy bien, pero debe ser me jjor afanzada.
Tema muy amplio porque la nube se fiscaliza como disciplina. No es ciencia. Y eso radica en que sus principios son convenciones (como quería Rosseau), al mejor estilo de las finanzas, que van por el mismo sendero. Sólo cuando se compatibilice científicamente que los principios de las ciencias son del estilo de los números complejos, la seguridad y el bienestar serán logrados. Cuando prendemos una TV sabemos que se encenderá y nadie podrá intervenir, salvo que entremos a la nube y perdamos su control. Es porque su funcionamiento fue concebido con números complejos: ciclos, impedancias, Fourier y todo eso que nos asusta que debamos saber. Pero ver la TV no requiere que lo sepamos, tan solo que otros que son expertos lo sepan. Eso se llama ciencia. Es un hábito que cuesta tener. Pero algunos lo tienen. Como usted profesor. Saludos desde Lima