La motivación inmediata de esta entrada fue una entrevista en El Periódico, en la sección Salud, hace ya unos cuantos días. La entrevistada era Helen Kohlen, investigadora en bioética en entornos hospitalarios. Y lo que me movió a leerla fue el tema, pero sobre todo el titular: «La ética del cuidado supone un contrapeso al neoliberalismo». Y, como liberal, me picó la curiosidad.
Kohlen explica que la ética se fija en la justicia. Y eso está muy bien. Pero no es todo. La justicia, dice, se preocupa de lo que está bien y de lo que está mal. El cuidado va más lejos: se cuida de la persona, de las relaciones, del entorno, de las circunstancias. Me acordaba de una idea del Papa Emérito Benedicto XVI: la justicia sola no basta, tiene que ir acompañada de la caridad, del amor. Ya se ve que el cuidado tiene que ver con el amor. Y esto vale no solo en los hospitales, sino también en las empresas y en la vida civil. Una persona que cuida de otra se preocupa por lo que necesita -la justicia-, pero también por lo que le gusta, por lo que le preocupa, por el ambiente en que se mueve…
Kohlen señala que en los comités éticos de los hospitales predomina el lenguaje del «principalismo»: qué principios hay que aplicar a cada problema. Es, en definitiva, la ética deontológica. Los principios están muy bien, son necesarios. En bioética se habla fundamentalmente de cuatro: autonomía (la del paciente, claro), no-maleficencia (no hacer el mal), beneficencia (hacer el bien) y justicia. Pero se quedan cortos: resuelven el problema tal como se ve, pero ignoran a la persona que tiene el problema, sus circunstancias, sus problemas… La madre que está en un hospital intubada necesita que se le practiquen los remedios médicos necesarios. Pero a ello le preocupan sus hijos solos en casa, su marido preocupado, la situación económica que se ha creado en la familia… Alguien debe atender a estas necesidades. Y ahí aparece el cuidado.
Hola. Hasta esta lluviosa tarde en Centro América he visto la segunda parte de este importante trabajo del Dr. Argandoña. Unas amistades de Uds. ( Vosotros) de por aquí me pñroporcionó el acceso a esta página. Ahora vine a por la primera.
Luego de haber pasado por una cirugía masiva en el Centro Médico de Guatemala ( un hospital privado), y de las atenciones recibidas, comenzando por las del propio cirujano, una autoridad notable, encuentro aquí todo lo que quiero decirle a esa nube de cirujanos, internistas, enfermeras, la gente del desyuno, la comida, la cena, las pastillas… la señora del wc— por poner sólo un centenar de los cientos de persona, o de veces que me atendieron. Por supuesto, antes, y después, he estado y estoy en manos de mis familiares y amigos. Y de las del Señor. Gracias IESE y sus amigos locales.
Juan Eduardo Iriarte Seigné dice:
octubre 21, 2019 a las 12:04 am
Hola. Hasta esta lluviosa tarde, en Centro América, he visto la segunda parte de este importante trabajo del Dr. Argandoña. Unas amistades de Uds. ( Vosotros) de por aquí me proporcionan el acceso a esta página. Ahora vine a por la primera.
Luego de haber pasado por una cirugía masiva en el Centro Médico de Guatemala ( un hospital privado), y de las atenciones recibidas, comenzando por las del propio cirujano, – una autoridad notable- encuentro aquí todo lo que quiero decirle a esa nube de cirujanos, internistas, enfermeras, la gente del desayuno, la comida, la cena, las pastillas… la señora del wc— las del termómetro, y las oficinas, por poner sólo un centenar de los cientos de persona, o de veces, que me atendieron. Por supuesto, antes, y después, he estado , y estoy en manos de mis familiares y amigos. Y de las del Señor. Gracias al IESE y sus amigos locales.
Buenas tardes Don Antonio
Como madre coincido con usted totalmente y hablo por experiencia propia la haber pasado casi un mes ingresada en el hospital pero mi cabeza no podía dejar de pensar en mis hijos y como tenian que afrontar su día a día sin mi (y sin menospreciar ni mucho menos el gran trabajo y esfuerzo realizado por mi marido)
Muy bueno Don Antonio!. Gracias por compartir tu sabiduría con todos nosotros.
Este artículo es muy importante. La relación médico-paciente y su entorno familiar siempre me ha preocupado. Ética del cuidado y responsabilidad, comunicación, empatía emocional, compromiso, valores. Escuchar al enfermo ayuda en su recuperación. La formación de los médicos jóvenes ha perdido esta parte del conocimiento, deben recuperarla. Muchas gracias Profesor, me ha gustado mucho éste post.