Cada vez hay más empresas que crean la figura del Chief Sustainability Officer (CSO), algo así como un Director de Sostenibilidad. Probablemente es la consecuencia del interés creciente que las instituciones financieras tienen por los aspectos ASG -ambientales, sociales y de gobierno- de las empresas. O de la necesidad de querer destacar como una empresa socialmente responsable.
Otra cosa es cómo se definen las responsabilidades del CSO, frente a las de otros directivos, como el de Compliance o cumplimiento normativo, y el de Responsabilidad Social Corporativa. ¿Qué le queda a este último cuando tiene colegas que se encargan de muchas de sus funciones? Quizás en empresas muy grandes se reparten bien las tareas de cada uno. Pero me temo que esto forma parte de la preocupación de la alta dirección por tenerlo todo controlado: cuatro ojos ven más que dos, así que es mejor que cada directivo se encargue de una parcela más reducida, para que sea más eficaz su acción; ya se encargarán los Comités correspondientes (de Compliance, de RSC, de Sostenibilidad, etc.) de evitar los solapes y los conflictos. Y como cada uno tendrá que demostrar que está a la altura de su responsabilidad, seguro que salen muchas iniciativas interesantes, que podemos poner en nuestras memorias -porque ahora cada director querrá tener su propia memoria o, al menos, un largo capítulo en una memoria que pronto ocupará cientos de páginas… Otra cosa es que los resultados sean los deseados. Y que el coste no sea excesivo.
Hay informes que muestran que los CSO se dedican más a corregir los comportamientos irresponsables en temas de sostenibilidad que de llevar a cabo iniciativas positivas. Lo cual no es de extrañar, porque un fallo a la hora de contaminar el medioambiente se paga mucho más caro que la omisión de una acción positiva, como plantar árboles en los alrededores de la fábrica. Esto me lleva a otro posible problema: ¿qué responsabilidad asumirá el director de la fábrica si se pone, habitualmente por encima de él, un CSO encargado de controlar todos los aspectos de la sostenibilidad? ¿No estaremos burocratizando demasiado la labor directiva? Yo siempre había pensado que un directivo es alguien que se pregunta siempre: ¿qué impactos tendrán mis decisiones sobre mis clientes, mis proveedores, mis empleados, mis vecinos, la sociedad en general? Ahora no hace falta hacerse esas preguntas: las ha previsto el CSO y se encarga él de darles respuesta.
Entonces el rol del CSO es mantener la homeostasis en la gobernanza. Armonizar los intereses de los directores a fin de salvaguardar el propósito y legado de una organización sustentable. Quizás, podría ser el caso que, la burocracia la provoca aquel director que aún no incorpora la sustentabilidad y nos obliga a levantar la mano. Mayor conciencia menor burocracia. Como resultado utópico podría ser desaparecer como CSO.
Muy bueno, está excelente el contenido querido profesor. Me da mucho gusto leer sus artículos y hacer seguimiento a estas excelentes reflexiones.