¿Por qué se ha desarrollado tanto la atención a los criterios sobre medioambiente, social y gobernanza (ESG por sus iniciales en inglés, ASG en español)? En general, muchos de los temas que interesan sobre la empresa tienen un carácter cíclico. Pensemos, por ejemplo, la atención a la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE), de la que los criterios ESG son una concreción.
Al acabar la segunda guerra mundial, el papel de las empresas en la recuperación económica, sobre todo en Europa, fue patente. Hacía falta la colaboración de todos, principalmente los que sabían qué había que hacer y cómo hacerlo. La RSE estaba viva.
En los años 70 y 80 del siglo pasado asistimos a un cierto cambio. Las empresas se fortalecen; la globalización empieza a ser importante, también para las finanzas. La tesis de que las empresas tienen un objetivo único, la maximización del beneficio, se desarrolla desde el punto de vista teórico (recuerden a Milton Friedman) y práctico. Se privatizan muchos servicios públicos. En el ámbito financiero hay cambios importantes: el accionista privado pierde relevancia; los inversores acuden a fondos, que son los que compran participaciones en las empresas. Por tanto, la rentabilidad ocupa el primer lugar. La RSC retrocede.
A lo largo de los años 80 vuelve poco a poco a prestigiarse la RSE, lo que se consolida en las décadas siguientes. Reaparece la tesis del contrato social de las empresas, no solo con los sindicatos y el gobierno, sino también con los ciudadanos en general y con las generaciones futuras. La empresa tiene responsabilidades no solo con sus propietarios, sino también con todos sus stakeholders. Ha de gobernarse para la creación de valor para todos. La sociedad pide que se preste atención al cambio climático, la contaminación (las empresas que contaminan deben corregir sus acciones o, en caso contrario, pagar por el daño causado), el uso de los recursos escasos, la salud mental y fisica de los empleados (por ejemplo, en el COVID), las desigualdades de ingresos… El gobierno de las empresas (la G de la ESG) debe prestar atención a todo esto…
Lo que antecede no es sino una pincelada rápida del carácter cíclico de los temos sociales y medioambientales en las empresas, pero nos ayuda a entender la relevancia que están adquiriendo los criterios ESG… hasta el inicio del nuevo ciclo, que no sabemos cuándo vendrá.
Lo que se necesita profesor son medidas dignas de comparación: invariantes universales como propongo -gracias a Polo- en el N° 75 de la revista Miscelánea Poliana del IEFLP mi artículo Fundamentos Antropológicos de Ecología. No es por luvirme sino que ahí expongo cómo se obtienen dichas medidas para todos los casos físico-sociales que las deseen definir. Más que BSC o lo que se les ocurra, porque son medidas invariantes de refeerencia a todas las que se miden en el tiempo