Hoy quiero comentar algo sobre la G, la gobernanza, como parte de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza. La G figura en estos criterios porque es importante que las empresas los pongan en marcha, los controlen y los supervisen, y esa es la tarea de la función de gobierno de las empresas. No es, pues, un componente más de los ESG, sino algo propio de todas las organizaciones. Al mismo tiempo, es más difícil de medir y de comparar con los demás criterios; de ahí que sea muy dudoso que se pueda sumar a las métricas de la E y la S.
La medición de la G se lleva a cabo con criterios variados: la composición del Consejo de Administración (inclusión, diversidad, competencias, cuestiones de género, información, grado de independencia de los consejeros…), los criterios de remuneración (sobre todo, fija y variable, especialmente qué resultados se tienen en cuenta en la dimensión variable), tipo de propiedad de la empresa (en cuento que supone diferentes formas de control, muy distintas en una empresa familiar o con uno o pocos accionistas mayoritarios y en empresas sin propietarios dominantes), rendición de cuentas (transparencia, fiabilidad) y ética empresarial (cultura o ecosistema).
Como dicen los Principios de Gobernanza Corporativa de la OECD (1999), el gobierno corporativo «lleva consigo un conjunto de relaciones entre la administración de la empresa, su consejo de administración, sus accionistas y otras partes interesadas. El gobierno corporativo también proporciona la estructura a través de la cual se establecen los objetivos de la empresa y se determinan los medios para alcanzar esos objetivos y controlar el desempeño. El buen gobierno corporativo debe proporcionar incentivos adecuados para que el consejo y la dirección persigan objetivos que sean de interés para la empresa y los accionistas y debe facilitar un control efectivo, alentando así a las empresas a utilizar los recursos de manera más eficiente».
Interesante, gracias.
Los principios G deben estar de acuerdo con la rendición de cuentas, es obvio. Y sin embargo, los sueldos de G determinan el ciclo de la organización, como demuestro en La Constante. Si el ciclo es menor para cumplir lo que G propone, puede haber corrupción (casi seguro la habrá) por ser utópico lo propuesto. Y viceversa