Hace unos días leí un artículo de Gillian Tett en Finance & Development, la revista del Fondo Monetario Internacional, que me llamó la atención. Es una explicación de cómo la antropología cultural puede ayudar a los políticos a desarrollar un lenguaje más apropiado para el público en general. Lo aplicaba a las reacciones populares contra las vacunas durante la pandemia del COVID. Eso de quedarse en casa encerrado durante semanas, o de llevar una mascarilla por la calle o en los transportes públicos parece que es algo que a muchas personas les molesta, y reaccionan en contra. Nuestra sociedad individualista desea más grados de libertad en nuestras decisiones, y los argumentos de los científicos no nos suenan como convincentes.
El artículo decía que «hoy es una gran equivocación tratar de resolver un problema de política pública fijándose solo en una serie de herramientas intelectuales, desplegadas con visión de túnel. Necesitamos visión lateral para apreciar el amplio contexto humano y cómo cosas que quedan fuera de los modelos, los big data o las pruebas científicas pueden afectar a lo que está pasando». Y no solo las partes de la cultura social de las que hablamos y discutimos (el «ruido»), sino también, y sobre todo, aquellas que ignoramos o de las que no queremos hablar, porque son demasiado familiares o demasiado complejas para nosotros (el «silencio»).
Gillian Tett cita el proverbio chino que dice que los peces no pueden ver el agua en que viven. Las personas no somos capaces de evaluar los supuestos culturales en los que vivimos, a menos que salgamos de la pecera, es decir, a menos que nos zambullamos en otras culturas. De ahí la referencia al título de esta entrada: nos conviene tener visión de gusano, pegada al terreno, inmediata, llena de detalles, y no solo visión de águila, que contempla el amplio panorama que se ve desde arriba, sin penetrar en aquellos detalles que el gusano necesita considerar para sobrevivir. Ambas visiones nos hacen falta.
Y a mí se me ocurría que con la ética en las organizaciones puede ocurrir algo parecido. Pero de esto me ocuparé otro día, contando con que ya he despertado vuestra curiosidad.