¡Oh, no! ¡Otra vez vas a hablarnos del concepto de Responsabilidad Social de la Empresa (RSE)! Sí, y no voy a decir (casi) nada nuevo, porque recurriré a la «definición» que tanto me gusta, que dio la Comisión Europea de octubre de 2011: «la responsabilidad de la empresa por sus impactos en la sociedad». Sí, ya sé que no es una buena definición, porque incluye lo definido (responsabilidad) en la definición. Pero pone de manifiesto el fundamento ético (la empresa es éticamente responsable de algo) de la RSE.
La RSE es siempre un concepto relativo, porque dependerá de las circunstancias de entorno y tiempo; cada uno entiende a su manera lo que es su RSE. Y esto no es malo, sino muy lógico. En todo caso, lo importante es asumir la responsabilidad de la empresa por sus impactos pasados, presentes y futuros, realizados, esperados o deseados.
Este concepto no lo tienen hoy muchas empresas: para ellas, la RSE consiste en cumplir algunas prescripciones hechas desde fuera por la sociedad, o por algunos componentes de esa sociedad, a las empresas. No responde a la pregunta: ¿cuáles son mis impactos, los que yo veo y de los que yo soy responsable, positivos o negativos…? Este es, frecuentemente, un enfoque económico de la RSE, una comparación de costes e ingresos, algo cuantificable, que responde a aquello de que «solo lo que se mide se puede gestionar», que olvida muchas otras dimensiones, sociales, relacionales, morales…
De eso al greenwashing hay solo un paso. Muchas empresas se apresuran a dar a conocer las métricas de su RSE, a menudo parciales (de una parte de los impactos de la empresa en la sociedad, no de todos ellos), con la esperanza de que la opinión pública entienda que la empresa es plenamente responsable en todo… porque «ha hecho los números» y los ha publicado. Quizás habría que recordarles que la «definición» dada más arriba es una pregunta concreta dirigida a la empresa y a sus gestores.
La RSE: más que métricas, es asumir la responsabilidad real de la empresa en sus impactos sociales y éticos.
Un articulo muy necesario Antonio! Su apunte sobre el riesgo del «greenwashing» me encanta. Publicar métricas parciales o sesgadas de RSE puede ser engañoso y no reflejar la verdadera responsabilidad de una empresa. Es crucial que las empresas sean transparentes y honestas en su enfoque de la RSE y no intenten ocultar sus problemas detrás de métricas incompletas. Como mencionaste, la RSE abarca muchas dimensiones, no solo las económicas, y todas deben ser consideradas.