Unas sugerencias ajenas

Ajenas porque no son mías. Las he copiado, literalmente, de Rudyard Kipling. Aconsejo al lector que las lea despacio y se pare a pensar en cada una de ellas, porque tienen mucha miga, también para los que dirigen empresas. Su título es «If…», o sea, «Si…»:

  • Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando los que te rodean la han perdido y te culpan a ti,
  • Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti, pero también aceptar que tengan dudas,
  • Si puedes esperar y no cansarte de la espero; o si, siendo engañado, no respondes con engaños, o si siendo odiado, no dejas lugar al odio, y aun así no te las das de bueno ni de sabio,
  • Si puedes soñar sin que los sueños te dominen,
  • Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo,
  • Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre, y tratar a esas dos impostores de la misma manera,
  • Si puedes soportar oír la verdad que has dicho, tergiversada por villanos para engañar a los necios, o ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida, y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas,
  • Si puedes apilar todas tus ganancias y arriesgarlas en una sola jugada, y perder, y empezar de nuevo desde el principio y nunca decir una palabra sobre tu pérdida,
  • Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tendones a cumplir con su deber mucho después de que estén agotados, y así resistir cuando ya no te queda nada excepto la Voluntad, que les dice: «¡Resistid!»,
  • Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud, o caminar junto a Reyes sin menospreciar por ello a la gente común,
  • Si ni amigos ni enemigos pueden herirte,
  • Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado,
  • Si puedes llenar el implacable minuto, con diligente labor valor de sesenta segundos,
  • Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella y, lo que es más, ¡serás un Hombre, hijo mío!

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