Me preguntaron hace tiempo qué era una persona honesta (no en el sentido de pudorosa, recatada, decente, sino honrada, íntegra). Encontré un conjunto de «síntomas» de honestidad (no recuerdo dónde), que pueden ser una respuesta a aquella pregunta. Una persona honesta:
- Es auténtica, consistente con ella misma a lo largo del tiempo.
- Admite sus errores, no trata de disimularlos. Lo más importante no es no cometer errores, sino qué hace cuando se ha equivocado.
- Es transparente, intenta ser clara y abierta , sin dar lugar a malentendidos.
- Trata de cumplir su palabra: si dice que hará algo, lo hará, también en las cosas pequeñas y aparentemente sin importancia.
- No tiene miedo de entrar en temas difíciles, en los que actúa con empatía y tacto, buscando siempre una solución que respete la verdad y no haga daño a las personas implicadas.
- Muestra empatía, porque sabe que sus palabras pueden dañar a otros, y trata de ponerse en sus zapatos, sin herir sus sentimientos.
- Es de mente abierta. Entiende que las personas tienen distintos puntos de vista sobre las cosas y trata de escucharles y entenderles, aunque no esté de acuerdo con lo que dicen.
- Es consistente, no cambia su argumento cuando cambian las circunstancias.
- Es íntegra, tiene un sentido muy claro de lo que es correcto y de lo que no lo es.
- Tiene respeto: por sí misma, por los demás y, lo que es más importante, por la verdad.