Hace años escribí en un artículo de periódico que, ya que estábamos colaborando con nuestros impuestos a los gastos del Estado, sería bueno que nos dijesen quién eran «nuestro» funcionario, para invitarlo un día a tomar café o incluso a comer. Al final, a fuerza de pagarle su sueldo, le tomaríamos cariño. La propuesta de […]