7 ideas para acordar los desacuerdos en el consejo de familia

El consejo de familia es el foro para lograr el consenso sobre los temas claves que la familia propietaria tiene que decidir respecto a su empresa.

Es el mecanismo preventivo por excelencia para analizar, debatir, y pensando juntos, formar criterio con unidad y compromiso suficientes para una adecuada toma de decisiones.

De esta manera se evitará que en la junta de accionistas estallen conflictos que generen inestabilidad a la empresa y pongan en peligro su continuidad.

¿Cómo puede el consejo de familia generar el marco de confianza previo e imprescindible para lograrlo? La respuesta: mejorando la comunicación. En la práctica supone actuar, entre otros, en los siguientes aspectos:

1 – Tener buena actitud

La comunicación es cosa de dos partes y, por tanto, la actitud es fundamental. Hay que ser amables y positivos, y no tener miedo a exponer y compartir.

Al inicio de un consejo de familia, me sugirió uno de los hijos que borrara lo que personalmente, por mi hábito académico, había empezado a escribir en la pizarra de la sala de reuniones. Me advirtió que allí sólo escribía su padre, el fundador de la empresa.

2 – No asumir

Preguntar y escuchar para conocer. Hace pocos días me confesó un empresario en una reunión con su familia que le preocupaba más lo que no decían que lo que decían.

3 – Compartir la misma información con todos al mismo tiempo

En una ocasión, un miembro de familia empresaria, en una cena con amigos, fue felicitado por éstos por un nuevo producto lanzado al mercado por su empresa. Él no tenía conocimiento de ello, y aquella situación le resultó incómoda.

Así lo expresó en el siguiente consejo de familia. Se acordó que simultáneamente al lanzamiento de nuevos productos al mercado, cada familiar recibiría en su domicilio un ejemplar del producto.

4 – Crear un lenguaje común

Solo información, sin formación, no llega a ser conocimiento. Por eso, hay que facilitar la formación necesaria para comprender e interiorizar esta información compartida.

Un director general no familiar me explicó que utilizaba la táctica de inundar de informes y datos sus reuniones con la familia propietaria. Así, como los que no entendían la información no lo decían, al final se acababa acordando siempre lo que él proponía.

5 – Transparencia y verdad

Eliminar las “agendas ocultas”. Desde el primer día, una familia en tercera generación me aseguraba que algunos temas eran tabúes entre ellos, y de los que no se podía hablar. Insistí, y al final resultó que éstos fueron precisamente los temas claves que hubo que solucionar para “limpiar el pasado” y poder avanzar.

6 – Gestionar los aspectos emocionales

Evitar juzgar a las personas, limitando las opiniones sólo a sus actuaciones. He presenciado situaciones con “etiquetas” colocadas a determinados familiares, e incluso, sorprendentemente,  “etiquetas” adjudicadas a alguna de las ramas familiares en su conjunto.

7 – No improvisar

Como decía Winston Churchill, “Estoy preparando mis comentarios improvisados”. Planificar y preparar las reuniones con rigor y formalidad, con agendas y actas, para evitar las sorpresas. Estas son un mal enemigo.

Lo he podido constatar en reuniones de consejo de familia. La manera más efectiva de romperlas es que algún familiar introduzca a debate un hecho o situación no previsto en la agenda. Frente a ello, se reacciona sobre la marcha, se improvisan opiniones y entran en juego los sesgos emocionales.


La comunicación entre todos los miembros familiares es el “software” de la familia empresaria. Sin él, el mejor “hardware” –normas, pactos escritos, estructuras, etc. –no funcionará adecuadamente.

Esta mejora de la comunicación no surge de forma espontánea. Debe ser profesionalmente trabajada para que sea fácil, no burocrática. Recurrente, no reactiva. También eficiente, es decir, con los contenidos importantes y relevantes preparados para las decisiones a tomar.

Mejorando la comunicación, el consejo de familia logrará construir y consensuar una voz única como familia empresaria. Además de aportar la estabilidad a la empresa, se incrementará la calidad de las relaciones entre familiares, y con ello, el bienestar y la felicidad familiar.

La experiencia práctica enseña que no es tarea fácil, y que se requiere compartir y aplicar valores personales de respeto, humildad y generosidad. Con todo ello, lograremos que el consejo de familia sea la gran escuela de comunicación en la familia empresaria.

 

Imagen en la home: Headway · Unsplash