Lo mercantil y lo familiar

Algunas empresas familiares consideran que, por el hecho de ser propiedad familiar, el funcionamiento en la empresa puede ser más familiar e informal, y menos mercantil y formal. Por esta confusión, la realidad de su dinámica a veces va por un lado, y las formalidades –»los papeles» –, por otro.

Esto origina, en ocasiones, que los órganos previstos –juntas de accionistas, consejos de administración, etc.,– sean meros trámites burocráticos que hay que cumplir, sin desarrollo de sus propias funciones en la práctica.

Por supuesto, que solo con normas y documentos no se pueden gobernar ni las empresas, ni organizar las familias, pero son unos instrumentos excelentes de contención, para cuando se traspasan algunos límites en lo familiar y empresarial.

Mecanismos de contención

El marco jurídico no sustituye ni los valores ni las voluntades de las personas, que son siempre lo decisivo. Pero disponer de mecanismos de contención para enmarcar y reenfocar los temas en los que las emociones hayan provocado no respetar algunos límites, generando desconfianza e inquietud, pueden devolver la seguridad y estabilidad al conjunto de la familia propietaria.

En la empresa familiar hay tres áreas fundamentales: los miembros de la familia como personas en sí mismas, la propia familia con sus relaciones interpersonales, y la empresa, en donde se toman decisiones en base a situaciones de poder.

Cuando se producen transgresiones de límites en actuaciones personales no acordes con los valores aprendidos, esta transgresión de los limites daña las relaciones familiares, y frecuentemente provoca en la empresa actuaciones contrarias a los valores corporativos o al código ético.

Cuando esto se produce, para reconvertir estas situaciones de conflicto y poder recuperar la fluidez en las relaciones familiares, y el desempeño profesional de los roles en la empresa, es muy útil el rigor mercantil en el funcionamiento de los órganos y sistemas de gobierno y dirección de la empresa.

Los órganos de decisión

Los órganos de decisión, como las juntas de accionistas y los consejos de administración, bien organizados, y con rigor (con agendas y actas) son marcos idóneos que ofrecen la posibilidad de analizar, debatir y tomar adecuadamente decisiones. No por ser empresa familiar dejemos de aprovechar todo el potencial del sistema mercantil.

Por supuesto además en las empresas familiares, se requieren órganos familiares de prevención como el consejo de familia, clave para la gestión de aspectos relacionales, emocionales y formativos.

Es decir, lo mercantil (mecanismos de contención) y lo familiar (mecanismos de prevención) se complementan. Cada uno aporta su valor al conjunto de la empresa familiar, y no debe ser uno en menoscabo del otro.

La confianza y el rigor mercantil

En la familia reina el afecto, y en la empresa, la meritocracia. La confianza no está reñida con el rigor y la formalidad mercantil. Al contrario, ambas se potencian. Especialmente los procesos de toma de decisiones deben disponer del foro adecuado, de la información requerida y del cumplimiento de las normas y criterios previstos en el marco mercantil.

Por otro lado, el adecuado cumplimiento de estas normas y procedimientos a través de los mecanismos de contención asegura también que, si ocurren crisis, no existe la tentación de trasladar el conflicto al campo judicial. Ya que, si esto se produce, es sabido que con seguridad peligran la empresa y la familia.

Diferenciar entre el sustantivo y el adjetivo

La familia propietaria ha de aportar fundamentalmente estabilidad a la empresa. El respeto a las normas, y el buen uso de los sistemas y mecanismos de decisión establecidos en la propiedad y gobierno constituyen una garantía para asegurar la continuidad futura de la empresa.

Recordemos que «empresa» es el sustantivo y «familiar» es el adjetivo, y que éste añade características al sustantivo, pero no modifica su esencia. Por tanto, en la empresa familiar cuanto más respetemos el funcionamiento mercantil aplicando las buenas prácticas mercantiles y corporativas, dispondremos de un marco más seguro, y tendremos menos riesgo de traspasar límites.

 

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