La patronal y los sindicatos no se han puesto de acuerdo acerca de la reforma de la negociación colectiva en España. Están en su derecho, claro. Pero sospecho que les ha faltado un poco de generosidad: han prestado más atención a sus intereses particulares, que a lo que necesita el país.
Ahora le han pasado la patata caliente al gobierno, que no se ha caracterizado, en el pasado reciente, por una especial sensibilidad a las necesidades del conjunto de los ciudadanos. Ya ha dicho el gobierno que partirá del pre-acuerdo de hace unos días. O sea, que dará más peso a los intereses de empresarios y sindicatos que a las necesidades del país. Luego, nos quejaremos de que la reforma ha sido insuficiente, o sesgada, o injusta, o lo que sea,…
A ver cuándo prestamos más atención al bien común (que es una cosa muy seria) que al interés general (que es la suma de intereses particulares y, por tanto, que se queda corto, sobre todo en situaciones de crisis social y económica). ¡Qué pena!