Cuando alguien dice algo que me parece que cuadra con mi manera de pensar, me pongo muy contento. Raghuram Rajan, de Chicago, dice en su blog que hay «dos narrativas de la crisis» (en inglés, aquí). Una es la de la falta de demanda, que invita a gastar más: el despilfarro fiscal es lo bueno. «La ventaja, dice, es que da a los políticos algo claro que hacer, con rendimientos positivos en el ciclo político». El inconveniente es que… no funciona.
La otra narrativa es que se ha acabado el boom, la capacidad de crecimiento. Nuestras economías (él habla de la americana, pero también vale para la nuestra) han recogido ya la fruta que estaba en las ramas bajas del árbol, y ahora conseguir la fruta más alta es difícil. Hemos impulsado demasiado el estado del bienestar. Hemos tenido demasiada prisa a la hora de disfrutar de las ventajas, antes de generar la capacidad para producirlas. «El PIB en las economías avanzadas antes de la crisis era insostenible, reforzado por el endeudamiento y los empleos improductivos«. Hay que volver a la austeridad, no para ser simplemente más austeros, sino para recuperar la capacidad de crecimiento.
Rajan menciona tres fuerzas para salir de la crisis: el mejor uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, las energías alternativas de bajo coste y la demanda creciente de los mercados emergentes. Sinceramente, al menos a este lado del Atlántico, me parece que esas recetas no son las que necesitamos.