Siempre me ha interesado la pregunta «Qué es lo que diferencia a un empresario cristiano?». Acabo a publicar un documento del trabajo del IESE con este título (verlo aquí, en castellano). No será el último, si Dios quiere, porque me parece que el tema no está zanjado. En el documento voy revisando sucesivamente qué es ser cristiano, qué es trabajar para un cristiano, y qué es, para un cristiano, el trabajo de crear o dirigir empresas. Aquí solo copiaré los dos últimos párrafos (que, insisto, son solo una hipótesis, un intento):
«No existe el empresario cristiano; existe el cristiano cuyo trabajo es crear o dirigir empresas. De él se espera que haga lo que todo empresario debe hacer, con los mismos medios. ¿Qué añade su condición de cristiano a su tarea como empresario? Lo mismo que la condición de cristiano añade a la tarea de cualquier trabajador. No tiene ninguna restricción adicional: sabe y puede hacer lo mismo que cualquier otro empresario; si algo le está prohibido, no es por su condición de cristiano, sino por ser persona, porque una conducta inmoral le degradaría como persona. En todo caso, su religión le ayuda a entender el por qué de esas restricciones, y le facilita medios espirituales y ascéticos para comportarse como debe.»
«Pero el empresario cristiano sabe que está metido en un “negocio” que va más allá del beneficio, la eficiencia y la promoción humana. Es el negocio de Dios, que le ha encargado continuar la tarea de la creación y de la redención, desde un lugar privilegiado –la empresa-, una institución clave para el progreso material, humano y espiritual de las personas y de los pueblos. Esto le da una visión nueva, más amplia, de su tarea. Dios le pide, pues, que venza “un sentimiento básico de cansancio que obtura el ánimo ante los ideales y concluye estimándolos inasequibles (…), [y] un cierto embotamiento (…) que es ciego para el contenido de las cosas y se contenta con formalismos superficiales, sin penetración” (Polo 1996, 273). Necesita, en suma, “que alguien [le] enseñe a levantar la mirada y a mantenerla con fidelidad esforzadamente alta” (Polo 1996, 277). Eso es lo que añade al empresario su condición de cristiano.»
Con independecia de las creencias de unos u otros, considero que en estos días que vivimos, el tener un referente moral que nos ilumine a la hora de tomar decisiones es básico.
No hay que llevarse exclusivamente por criterios «económicos» sino que hay que tener en cuenta la trascendencia de nuestros actos.
Quizás por olvidarse de esto -y por otros motivos- hemos llegado donde hemos llegado.
Gracias
Buena entrada para el blog y más en tiempos como estos. Me permito añadir un corolario. Lo que dice Polo es clave: que alguien enseñe a levantar la mirada y a mantenerla con fidelidad esforzadamente alta.
No es fácil hacerlo. En ocasiones (las más) por precipitación; que lleva a ir ‘por donde van todos’, sin reflexión, normalmente -gracias a Dios- en cosas pequeñas. En otras (las grandes), en las que hay que vencer el miedo (así, miedo) a comportarse ‘como Dios manda’, cueste lo que cueste … y a veces cuesta mucho.
Prof. Argandoña: muchísimas gracias por este post. Me ha invitado a leer el paper, que es sencillo y claro. ¡Altamente recomendable!
Muchas gracias por este post. El paper es sencillo y claro. Altamente recomendable.
estoy muy de acuerdo con tu artículo, pues la persona que es cristiana es ante todo cristiano, y luego ya será bombero, empresario…
pero si es cierto que el hecho de ser cristiano, obtienes unos valores que no digo que no se obtengan sino lo eres, pero esta claro que te los enseñan en misa, y desde pequeño, valores como ayudar al prójimo, compartir… son valores que estan muy presentes para un cristiano.
estoy muy de acuerdo con tu artículo, pues la persona que es cristiana es ante todo cristiano, y luego ya será bombero, empresario…
pero si es cierto que el hecho de ser cristiano, obtienes unos valores que no digo que no se obtengan sino lo eres, pero esta claro que te los enseñan en misa, y desde pequeño, valores como ayudar al prójimo, compartir… son valores que estan muy presentes para un cristiano.