Ya está. Ya hemos encontrado la solución al problema de los sueldos de los banqueros. «El Observatorio de RSC considera oportuno que las empresas justifiquen las remuneraciones del consejo y de la alta dirección, acudiendo a comisiones independientes que evalúen la aportación real de los mismos» (en Diario Responsable, aquí). O sea: creemos agencias de rating para determinar la «aportación real» de los consejeros y directivos. ¿Y por qué no de los mandos intermedios, y del recepcionista, y del repartidor de paquetes? Vale, porque sus sueldos son más bajos, y no causan «alarma social».
¿Alguien podría explicarme cómo se mide la «aportación real» de un consejero a los resultados de la empresa? Por cierto, ayer dije algo al respecto (verlo aquí) que, me parece, niega la posibilidad, teórica y práctica, de valorar esa aportación real, más allá de la conclusión de que «la aportación real de los consejeros y directivos es la remuneración que se llevan». Que es, más o menos, como valoramos la «aportación real» de los funcionarios al PIB del país: si les pagan 100, debe ser porque su trabajo vale 100 (ese es el razonamiento del contable nacional).
¿Qué son las «comisiones independientes» que pide el Observatorio de la RSC? ¿Una agencia de rating, como las que todo el mundo critica ahora, en el ámbito financiero? Por cierto, que lo que dicen las agencias de rating tiene fundamento en unos modelos, más o menos sofisticados, que los expertos son capaces de justificar. Pero, ¿qué criterios utilizaría una «comisión independiente» a la hora de justificar o criticar un sueldo? ¿Una comparación con lo que ganan los directivos de otras empresas, con el volumen de beneficios, con la cuota de mercado de la empresa, con el aumento de sueldo de sus empleados, con la opinión de los expertos en RSC sobre si es justo o no,…?
«Después de cuatro años de profunda crisis, y de una desorientación compulsiva en las acciones de los gobiernos y empresas es urgente demostrar, mediante acciones decididas desde los actores que conforman las sociedades, pero en especial con el liderazgo de los gobiernos, que el marco de actuación basado en la economía de mercado y la democracia representativa, es capaz de dar soluciones a las causas y efectos de las crisis actuales, de forma efiaz, justa y sosenible, además de romper con la inmunidad». Los subrayados son míos, para mostrar que la desorientación es compulsiva (esto debe ser muy malo, ¿no?); que hacen falta acciones decididas (no necesariamente eficaces ni eficientes, pero sí decididas), y que debemos contar con el liderazo de los gobiernos (la fe en los gobiernos no desaparece, ni siquiera después de las crisis recientes).