Esta reflexión se me ocurrió el otro día, viendo la portada de un número del Journal of Markets and Morality, que edita el Acton Institute norteamericano. Ese instituto se dedica a difundir aspectos de la ética de la economía y de la empresa, desde el punto de vista liberal. Pero no quiero hablar ahora de la ética y los mercados, sino de la portada. Porque esa revista recoge, en cada número, un cuadro clásico sobre algo relacionado con el comercio, la producción y la economía. Y el que decora la portada que estaba mirando era una vista del puerto de París, de Jean August Gagnery, pintado en 1834. Y lo que me llamó la atención era que muchas de las personas que aparecen en el cuadro no hacen nada. Claro que se puede tratar de un recurso estético: un trabajador que corre de un lado a otro no se presta a aparecer en un cuadro, mientras que un grupo de personas charlando «queda mejor».
Esto me recordaba mi impresión de la primera visita que hice a Shanghai, hace algunos años. Allí todo el mundo hacía algo. Algunos, es verdad, estaban de visita turística, pero hacían algo: visitar unos jardines o un palacio. Recuerdo que le comenté a un colega que, por contraste, cuando aparece en la televisión una noticia de otros países, siempre hay un grupo de gente mirando, es decir, «sin hacer nada».
¿A dónde quiero ir? Las cosas las hace la gente, cuando hace algo. Leí una vez que el ciudadano medio de hace 300 años, incluso en países que entonces ya se podían considerar ricos, podía dedicar poco tiempo al trabajo efectivo, porque su ingestión de alimentos no le permitía hacer esfuerzos sostenidos durante horas (salvo quizás en verano, cuando la recién recogida cosecha le permitía un esfuerzo mayor, porque comía mejor). Ese no es nuestro problema, al menos en gran número de países. Habrá que pensar qué instituciones, costumbres o actitudes nos llevan a trabajar más, a aprovechar el tiempo, a ser eficientes, a conseguir resultados,… Sí, ya sé que no es lo único importante, pero es importante. Porque el ser humano no solo hace cosas, sino que se hace a sí mismo, se desarrolla como persona y como humano, cuando hace (también cuando hace trabajo intelectual).
Aquest matí he tingut accés,per 1ª vegada, al seu blog. Era sobre la conveniencia d’aplicar el protecionisme a les importacions…..he repetit !