Innovar, impactar, inspirar

Innovate, Impact, and Inspire es el lema de la Conferencia de este año de Doing Good and Doing Well, una actividad organizada por alumnos del IESE (palabra: el director de la Cátedra “la Caixa” de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo no ha tenido que echarles una mano, porque son autosuficientes), que espera más de 600 participantes de todo el mundo, durante los días 21 y 22 de febrero, en Barcelona.

A los que nos dedicamos a promover la Responsabilidad Social se nos llena la boca diciendo que las empresas responsables son innovadoras, tienen impacto y son inspiradoras. Pero supongo que muchos lectores no se creens ser responsable sirva para algo más que dar dinero para actividades sociales.

Ya he dicho muchas veces que la Comisión Europea definía hace un par de años la Responsabilidad Social como “la responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad”. Vale. Usted es el gerente de una empresa, y quiere ser responsable. Debe conocer sus impactos en la sociedad, ¿no? En sus trabajadores, en sus accionistas (no los olvide, que también son stakeholders suyos), en sus proveedores y clientes, en sus vecinos… ¿Verdad que tiene que tener un conocimiento muy completo de sus productos, de sus procesos, de sus ventajas competitivas, de sus debilidades…?

Y, ¿para qué quiere conocer todo eso? Para prever los impactos negativos y fomentar los positivos. ¿Por amor a sus empleados y a sus clientes? Y por amor a sus accionistas, que querrán que la empresa aproveche sus fortalezas y controle sus riesgos.

Y por amor a usted mismo, que quiere ser un buen directivo, o sea, un directivo que consiga sus objetivos económicos. Porque, no lo olvidemos, la empresa es una institución económica: la más importante, junto con el mercado, para garantizar la eficiencia social en el uso de los recursos escasos.

Y sus objetivos sociales, en sentido amplio. Porque tiene que conseguir que sus directivos y empleados estén a gusto en su trabajo, y aprendan las capacidades que necesitan para mejorar, porque esos aprendizajes serán la base de las ventajas competitivas de su organización. Claro que si no están contentos y se marchan, ya encontraremos otros; pero va a perder mucho capital humano en ese proceso. Y mucha confianza.

Y ya estamos hablando del tercer objetivo de su trabajo como directivo. Los que están a su alrededor deben identificarse con los objetivos de la empresa, y esto no es cuestión solo de salario, sino de más cosas: de aquel ambiente en que es grato trabajar, y de las relaciones sociales… Y no se identificarán con nada que valga la pena si no están dispuestos a hacer sacrificios pensando en los demás: en el cliente, que queremos que esté satisfecho; y en los colegas, porque, al fin y al cabo, se pasan con ellos ocho horas cada día, y ya les han tomado cariño…

Si de verdad piensa usted así, pasará muchas horas al día pensando en cómo satisfacer mejor las necesidades de sus clientes, y cómo integrar más a sus empleados y a sus proveedores, y cómo generar nuevas ventajas competitivas… Y, claro, se pasará el día innovando. ¡Bienvenido a Doing Good and Doing Well!