En una entrada anterior expuse los elementos que nos permite entender qué significa que la empresa sea un conjunto de personas que comparten un propósito u objetivo común, compartido o participado. En la empresa participan personas con motivaciones distintas, pero todos están interesados en algún tipo de acción común, para obtener unos resultados que todos desean, por motivos distintos y con un grado de implicación muy distinto. El propietario quizá trate de conseguir un beneficio elevado; el empleado deseará un salario alto, y aceptará el beneficio del propietario en la medida en que es condición para cobrar regularmente su salario; deseará también poder aprender cosas en la empresa, hacer carrera, pasarlo bien, ser útil a los demás… Y puede ver la maximización del beneficio como condición para conseguir esto, aunque probablemente no estará muy seguro de que las cosas como los economistas dicen…
¿Qué quiere decir ese propósito compartido de la empresa? Debe ser algo que motiva a todos, de alguna manera. Encontré un paper de Amy Ihlan, titulado «Leadership, collective action, and common goods», que nos puede ayudar a entender esto.
- Hay acciones individuales, como lavarse los dientes por la mañana: esta no es una acción compartida.
- Hay acciones individuales coordinadas, que son la mínima forma de acción compartida: acciones individuales que llevamos a cabo en grupo, que no tenemos por qué hacer todos a la vez ni demandan un deseo de cooperar: por ejemplo, trasladarnos todos juntos en un autobús urbano.
- Hay acciones que llevan consigo cooperación: implican el reconocimiento o la formación de una relación con otros y la intención de actuar juntos para un fin compartido. Necesitan un mínimo de confianza para iniciar y mantener la cooperación.
- Hay acciones que exigen colaboración (los nombres son los de Amy Ihlan, y no quiero discutirlos aquí): buscamos fines compartidos, que exigen algo más que cooperación, porque incluyen co-autoría: por ejemplo, llevar a cabo una investigación conjunta, que nos obliga a ponernos de acuerdo sobre los objetivos, los medios, el reparto de tareas, la disposición a ayudar al otro si aparece una dificultad…
- Hay, finalmente, lo que llama agencia o acción de grupo, en el que todos están de acuerdo con sus intenciones y objetivos; el grupo y todos sus miembros adquieren un compromiso significativo, y la experiencia de trabajar juntos es satisfactoria, independientemente de sus resultados. O sea, los resultados que se buscan no son independientes de la misma relación: por ejemplo, cantar juntos en el mismo coro.
¿A dónde quiero ir? A que el objetivo o propósito compartido no es uno, sino una gama desde la acción puramente individual hasta la agencia de grupo, en la que todos queremos lo mismo. El propósito de la empresa puede ser algo fijado por los propietarios, en lo que los empleados no están de acuerdo, incluso que les molesta, pero deben aceptarlo porque es la condición para que ellos puedan recibir de la empresa lo que desean, que es su salario y nada más. En el otro extremos tenemos esas bonitas descripciones de la empresa como una comunidad de personas que comparten los objetivos sin pestañear, que actúan unidos bajo el mando de sus directivos, que se ayudan no solo a sobrevivir, sino a disfrutar, a realizarse como personas, a sacar adelante sus familias y su país.
¿Por qué he querido escribir este par de entradas? Porque me preguntaba qué hay detrás de la gama de empresas que vemos en la realidad, desde la maximizadora del beneficio pura y dura hasta la que pone por obra la lógica del don, el propósito de compartir, de que hablaba Benedicto XVI. No sé si esto puede interesar a mis lectores; a mí me ha sido útil. Pero, claro, el tema necesita mucho más desarrollo.
Los Comentarios de la Cátedra son breves artículos que desarrollan, sin grandes pretensiones académicas, algún tema de interés y actualidad sobre Responsabilidad Social de las Empresas.
Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía del IESE.
Muy de acuerdo en que el tema da para mucho más porque en cuanto al tipo de empresas según su finalidad hay de todo «como en botica» de hecho por mi experiencia hay varias modalidades dentro de una misma empresa y generalmente depende de la persona que dirige al grupo o a la empresa en cuestión ya que gracias a Dios las personas somos multidimensionales y transmitimos nuestros valores a todo lo que hacemos, las empresas por tanto son también multidimensionales y en su perfil pesarán más unas u otras cualidades según las personas que la integran y dirijan. Los objetivos por tanto en la realidad se correlacionan directamente con estos valores. Como me dijo un DG una vez, » las buenas empresas las hacen buenas personas» y estoy muy de acuerdo, un abrazo
Compartir en el caso de una empresa empieza por la sincronía, profesor. No es una crítica sino una cuestión previa, como decimos en Perú. Para calcular las utilidades, hay que costear bien. Y el trabajo de equipo requiere tener en cuenta las contra-relaciones (por las asincronías) que, si no se costea correctamente, es decir, co-contra-relaciones; no darán la verdadera utilidad. Todo lo que viene después parte de ello. La teoría actual de la agencia debe revisarse a fondo, y las demás, también. Lo bueno es que para hacer estos cálculos ya se parte de una mentalidad distinta.