Corta distancia, orden abierto y ética

Un colega del IESE me explicó hace unos días cómo veía él el tema de los deberes morales en una sociedad abierta y compleja como la nuestra, a partir de las ideas de Friedrich von Hayek. En lo que yo llamaría la corta distancia (la familia, el barrio, la comunidad de vecinos) funciona una ética que se basa en las relaciones personales: yo tengo deberes concretos con mi familia, mis amigos, mis vecinos…, porque puedo identificar los impactos de mis decisiones sobre ellos. Por ejemplo, cuando pongo el televisor con alto volumen, he de pensar bien si esto molesta a los del piso de abajo, porque sé muy bien quiénes son los afectados por mi decisión, Y puedo olvidarme del efecto que pueda tener sobre los que viven a un cuarto de hora de mi casa, porque estoy casi totalmente seguro de que no les produzco un daño.

Sin embargo, cuando decido comprar un producto fabricado en Filipinas en lugar de uno fabricado en mi ciudad, no puedo conocer todos los impactos de mi decisión. Conozco los más próximos, claro: el fabricante perderá ventas, quizás tenga que reducir plantilla, traer el producto de lejos provocará contaminación… Pero hay otros efectos que son más difíciles de tener en cuenta: las necesidades de los empleados en la fábrica de Filipinas, su nivel de vida, la oportunidad de que sus hijos reciban una mejor educación, la creacion de empleo en la empresa que transporta los productos…

Mi colega me decía que debemos aplicar dos éticas distintas, según se trate de la corta distancia, donde puedo evaluar las consecuencias de mis decisiones, o de un orden abierto, en el que hay tantas consecuencias, directas e indirectas, que no podré tomar una decisión correcta.

Yo plantearía el problema de un modo distinto. El principio ético es el mismo: no puedo desentenderme de las consecuencias de mis decisiones sobre otras personas, por el daño (o beneficio) que les pueda causar y (algo muy importante para mí), por los efectos sobre mí mismo: si decido despreocuparme de los efectos de mi decisión, estoy convirtiéndome en un egoísta, estoy deteriorando mi calidad moral, estoy aprendiendo a olvidarme de las necesidades de los demás y, ya en el plano puramente material, no tendré derecho a quejarme el día en que un político populista proponga medidas que me harán daño, porque yo habrá contribuido a esa reacción, como parte de los efectos no conocidos y no previstos de mis acciones.

El principio es el mismo, pero cambia su concreción, y esa concreción se va produciendo, en cada caso, con la ayuda de las ciencias (en nuestro ejemplo, de la economía) y de las posturas que la sociedad va tomando (aunque estas pueden ser parciales y aun manipuladas) En el caso del volumen de mi televisor podré concretar mucho mejor lo que debo hacer, porque puedo prever las consecuencias para los demás, y porque tendré argumentos emocionales o sociales para no hacer daño a otro, porque es una persona próxima a mí, porque me imagino lo mal que lo pasará con mi ruido, porque quizás provoque una reacción violenta contra mí, porque adquiriré mala fama en la vecindario… Esto es más difícil cuando los efectos de mi decisión se producen muy lejos. Pero no puedo olvidarme de ellos. La idea del orden abierto me servirá para entender otros efectos, que yo no puedo percibir, que no son próximos a mí, pero que no son irrelevantes. No tendré medios para comprobar si el daño producido al empleado del fabricante próximo son más o menos importantes que los del trabajador filipino, y me tendré que fiar, quizás, de los criterios del mercado, que no son definitivos (no tienen en cuenta los aprendizajes morales, por ejemplo), pero que son relevantes, y que me pueden ayudar a tomar una decisión razonable.

Mi colega lo decía de otro modo: para el trabajador próximo, mi decisión es una violación de su «derecho» a tener un buen trabajo bien remunerado y protegido; para el trabajador filipino, mi decisión de comprar localmente crea un «privilegio» en el trabajador de aquí, a costa del de allá, que no tiene ni un buen trabajo, ni un buen sueldo, ni seguridad alguna. Con otras palabras, mi decisión puede contribuir a fomentar una reacción emotivista que, por tanto, mira mejor el que tengo al lado que al que está lejos, y que puede ser injusta, al menos en el sentido de que no reconoce los mismos derechos para todas las personas. Todos somos iguales, como diria Orwell, pero unos más iguales que otros.

Conclusión primera: no hay varias éticas, sino una sola, que habrá que aplicar a cada caso concreto de acuerdo con las circunstancias. Conclusión segunda: el estado del bienestar, tal como lo conocemos, da respuesta a unos problemas, pero no puede tomarse como la única respuesta, ni siquiera como la más ética. Conclusión tercera: cuando tengas que tomar una decisión, piensa en las consecuencias que tendrá, pero con criterio amplio: no te quedes en las que afectan a los de tu entorno próximo, porque puedes ser injusto (e ineficiente). Conclusión cuarta: y como es muy difícil acertar siempre, en un mundo complejo lleno de sistemas abiertos y de relaciones próximas, acostúmbrate a procurar se justo en todas tus decisiones: esto no garantiza que tus efectos sean socialmente los mejores, pero sí que, al menos, hará de ti una mejor persona. Y son las buenas personas las que toman las buenas decisiones.

5 thoughts on “Corta distancia, orden abierto y ética

  1. Schools in all the world have to be more security for all the childs, we know than all days exist pages who bring access behind the internet in website like https://t.co/3FDSEefh6L , where exist content adult and we cant do anything, so the child have to be capacitate for teach about the sex and all things.

  2. Me parece que es un logro de la ciencia el desechar la doble verdad. Esto crea hombres monstruos en vez de mejores personas. Pero, hay que tener en cuenta que la Economía va de eficacia en la asignación de bienes y servicios; y no va de justicia, en el ámbito de Derecho. Cuando una persona toma una decisión basada en un precio, ahí está toda la información para ese bien y servicio. Me parece un error, querer extrapolar absolutamente decisiones de “criterios de mercado”, a decisiones del mal llamado mercado de trabajo de las personas. Criterios políticos y morales son anteriores al intercambio internacional, estoy pensando en la escuela de Salamanca ante los problemas del descubrimiento de la Nueva España.-

  3. The concept of giving priority in trade & economical decisions to «corta distancia» is a very interesting concept.

    But I think it is more the responsibility of the companies importing products from the Philippines or Bangladesh for example to ensure that the manufacturers they trade with have high ethical standards, as it is difficult for most individuals to make an informed decision on these ethical matters, especially when buying products which are not expensive, for lack of sufficient information.

    With expensive products on the other hand, like the decision of say buying a car from China, it would be easier for individuals looking for an informed ethical decision before the purchase to do some research themselves to find out how ethical are the local practices of the car manufacturer back in China.

    Though at the same time what may seem «unethical» industrial practices for a consumer in Europe (based on European standards) may be acceptable, fair and ethical based on Asian standards.

    So how would that dilemma be solved?

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